La Semana Grande echa el telón otro año más. El bullicio incesante por las calles, los días de sol y playa o los grises de lluvia, los conciertos y verbenas nocturnas, las terrazas sin asientos libres, los espectaculares fuegos artificiales del viernes que aún con lluvias ocasionales iluminaron el cielo gijonés o la tradicional danza prima y el Restallón que se celebraron ayer en San Lorenzo se despiden hoy. Pero para volver.

Para los gijoneses encuestados ayer por este periódico tras el estallido del último cohete del Restallón, lo más destacado del programa de este año fueron los fuegos artificiales, aunque la mayoría también resaltó el "espectacular ambiente" en las calles a lo largo de la Semana Grande.

Tanto locales como visitantes de otras provincias coinciden en que lo mejor de las fiestas de este año han sido "los fuegos y el ambiente que desprendía la ciudad" como cuenta la salmantina María Sánchez, que se acercó este fin de semana para pasar unos días con sus amigas: "No sabíamos que esta semana eran las fiestas, ayer vimos los fuegos y nos sorprendió que duraran casi media hora". A su lado su compañera de viaje, la conquense Noelia Recuenco, apunta que "estuvimos tomando unas sidras por las terrazas y había un ambiente genial". No es la primera vez que visitan Gijón, pero están dispuestas a repetir.

Jesús Lourenço, natural de León, alquiló junto a sus amigos un barco para ver "los fuegos desde otra perspectiva", comenta. Lugar privilegiado desde el que disfrutó del espectáculo de luz y color reflejado en las aguas cantábricas. Muchos coinciden en que los últimos cinco minutos de la pirotecnia "fueron los más sorprendentes". Un final de traca. Unos fuegos que sirvieron de paraguas a los presentes ya que una hora antes de la cita ineludible con los destellos sonoros se vieron amenazados por el aguacero que inundó las calles. Eladio Bécares explica que aunque es nacido en León, vive en Gijón durante todo el año y en estas fechas nunca se pierde la cita con los toros. "He asistido junto a mi mujer a tres días a la plaza de El Bibio", relata el leonés. El matrimonio también acudió el viernes a la verbena del paseo de Begoña de la que no dudaron en comentar que "tenían un repertorio variado y una puesta en escena espectacular". Las orquestas, otra atracción más de las fiestas, que reúne a jóvenes y mayores en un espacio al aire libre para bailar al son de los diferentes sonidos musicales que agrupan las bachatas, cumbias, pasodobles o música latina y pop.

Antonio Suárez, de La Fuente, localidad del concejo de Aller, confesó que "siempre que puedo me acerco a las fiestas de Begoña". El allerano no dudó en declarar que "si en treinta lugares están en fiestas, la de Gijón es la mejor sin duda". Muchos resaltan el buen ambiente de la ciudad durante estos días. "En las sidrerías hay que reservar con antelación porque están todas llenas". "Me encanta ver Gijón tan animado, pasear por San Lorenzo y por el centro y ver a muchos disfrutar de los festejos", cuenta la asturiana afincada en León Mari Carmen García. Esta mujer acudía acompañada de su amiga Manolita García, también asturiana pero con residencia en Madrid desde hace 32 años, a la danza prima que hermanó a miles de personas al son de la música la mañana del sábado, tanto en el arenal como en el paseo de San Lorenzo. "Siempre venimos a bailar y cantar 'Xixón del alma' y 'Asturias patria querida'". El baile se produjo durante siete minutos pero las amigas no pudieron entonar las canciones regionales por algún que otro problema técnico. Aún así, el baile tradicional fue suficiente para que los pies de miles de asistentes se moviesen al ritmo de la danza prima, que cautivó la atención de los curiosos turistas que se acercaron al paseo y se soprendieron de la originalidad del encuentro.

Las fiestas de Begoña han supuesto un vuelco a las emociones veraniegas con actividades de lo más variopintas para todos los públicos. Los conciertos en Poniente y los celebrados en la Plaza Mayor fueron un cóctel de ritmos electrónicos, soul, pop, country que hicieron vibrar a los asistentes cada noche. Veladas que quedarán en el recuerdo de muchos. Las dos semanas de Feria de Muestras para disfrutar del habitual bocadillo de calamares y de un paseo con los amigos y la familia por los stands, las citas con la escena teatralde mano del espectáculo de cabaret "The Hole" o las tardes de feria taurina en la Plaza de Toros de "El Bibio", en las que los toreros salían por la puerta grande a hombros. Sin olvidar la multitud de actividades complementarias para los más pequeños donde la diversión estaba asegurada.

La Semana Grande echa el cierre después de diez días de intensa actividad festiva. Con una temperatura agradable, días de sol y de lluvia intermitente, tráfico y bullicio, la ciudad tendrá que esperar 365 para volver a difrutar de las fiestas de Begoña. Muchos quedaron satisfechos, otros ya cuentan los días para volver a salir a festejar.