Hasta el sol salió de su escondite entre las nubes para acompañar a Nuestra Señora en su día grande de las fiestas de la localidad llanisca de Poo. Lo hizo junto a las setenta aldeanas y treinta porruanos que, como manda la tradición local, hicieron el recorrido de la procesión caminando hacia atrás para no dar la espalda a la virgen. Esta es la mayor peculiaridad de una fiesta que reunió a un mayor número de personas que en años pasados por caer en sábado, algo que también logró que más fieles se animaran a vestirse con los trajes típicos, engalanados con las características dalias.

La actividad comenzó en Poo hacia el mediodía, cuando las cincuenta participantes en los bailes realizaron el último ensayo en la bolera cubierta. Pese a que la procesión estaba convocada para las doce de la mañana, la gran cantidad de aldeanas y de feligreses que quisieron sumarse al homenaje a Nuestra Señora motivó que la organización de la comitiva retrasara un poco la salida.

De la misma bolera cubierta partió la procesión, que fue caminando hacia adelante hasta la iglesia parroquial para recoger allí a Nuestra Señora. Formaron parte de la comitiva el gaitero y tamborilero seguido de tres ramos: dos de menor tamaño que en lugar de pan llevaban unas deliciosas rosquillas y fueron portados por los pequeños Alberto Marcos, Arturo Burgos, Diego Marcos, Javier Peral, Luis Menéndez y Diego Ruiz. Y un tercero, el tradicional de varios roscos de pan, que llevaron a hombros Luis Martínez, Pablo Martínez, Manuel Martínez y Borja Llaca.

Los ramos se subastaron en el tramo final de la fiesta de la mañana, después de que Nuestra Señora protagonizara los rituales propios de la fiesta. Durante la misa, oficiada por Francisco Panizo, las aldeanas cantaron el santo acompañadas de la pandereta y una vez acabada la ceremonia hicieron el ofrecimiento del ramu en el prau de la iglesia. Los bailes regionales tomaron el relevo y el público pudo deleitarse con piezas como el pericote, el xiringüelu de Naves, la jota del Cuera, el quirosanu y la jota de Cadavedo, entre otros. A media tarde hubo otra sesión de bailes, seguida de la danza prima, la romería y la verbena con "Uno más uno" y el grupo "Reflejos". De madrugada se repartió la gran chocolatada que, pese a estar concebida para el fin de fiesta, para algunos sólo fue un punto de inflexión para seguir divirtiéndose. Atrás quedaron muchísimas horas de baile y confraternización en unas fiestas que comenzaron el pasado jueves con una actuación musical y que el viernes contó con mercadillo, partido entre solteros y casados, actividades para los más pequeños y romería y verbena.

Incidente en la fiesta del pez de Tereñes

Entre el bullicio festivo de la jornada de ayer también hubo sustos, como el que vivieron los participantes en la Fiesta del Pez de la localidad riosellana de Tereñes. El tractor en el que dos personas portaban la bebida, el pan, el aceite y otros enseres necesarios para su celebración -acuden a pescar al pedrero y lo degustan allí mismo- volcó sin provocar heridas a ninguno de sus ocupantes. El suceso se produjo en torno a las doce del mediodía y los ocupantes tuvieron que ser rescatados mediante una cadena humana. Testigos del suceso explicaron que los servicios sanitarios acudieron pronto y no detectaron lesiones graves en los ocupantes del vehículo. Todo se quedó en un susto.