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Turismo en la ciudad de los muertos

El cementerio de Avilés, que opta a ser declarado el "mejor de España", atrae el interés de personas que aprovechan su paso por la ciudad para ver arte funerario y visitar tumbas ilustres, como la de Palacio Valdés

El grupo, ante la tumba de la marquesa de San Juan de Nieva. ricardo solís

El cementerio de La Carriona está en el punto de mira de los turistas que visitan Avilés. Además de ser un lugar de descanso eterno, la ciudad de los muertos avilesina está considerada como un museo al aire libre y un lugar para la memoria. "Los cementerios son las exposiciones de esculturas más importantes de las ciudades", dice la guía que todos los lunes enseña el camposanto avilesino a los turistas. Unas diez personas disfrutaron ayer de esa experiencia que ofrece el Centro de Interpretación Cementerio de la Carriona (CicLaC) y el propio cementerio.

Personajes ilustres avilesinos están enterrados en este lugar, como la poetisa Ana del Valle o el escritor Armando Palacio Valdés, en cuya tumba se puede ver a Demetria, uno de los personajes de "La aldea perdida", junto a un fragmento de la obra. También descansa aquí la marquesa de San Juan de Nieva; la escultura que decora su sepultura, un ángel, tiene su propia leyenda. Ésta cuenta que los ojos de la estatua estaban adornados con dos diamantes, los cuales fueron robados durante la guerra civil. Este panteón está, por el momento, en el primer puesto de la categoría "Mejor escultura funeraria" del concurso de cementerios que organiza una revista especializada. La propia necrópolis también se encuentra en el primer puesto del concurso en la categoría "Mejor cementerio".

"Llevo cinco años veraneando en Avilés, pero es la primera vez que vengo al cementerio y me está encantando", comentó Rosario Rivera, turista zamorana. También desde Alicante llegan visitantes: "Tengo familia enterrada aquí, aunque nunca había venido a visitarlo", apuntó Clara de la Fuente. Pero no solo los visitantes foráneos disfrutan del camposanto: "Soy de Avilés y nunca había venido, me está gustando muchísimo. A veces los propios avilesinos no conocemos la ciudad", aseguró Elena Espina.

La Carriona cambió la concepción de los cementerios en el siglo XIX, un momento en el que Avilés estaba creciendo tanto en el plano económico como en el demográfico La ciudad crecía y los antiguos camposantos se quedaban pequeños, por lo que se decidió construir un cementerio que cumpliese con los requisitos necesarios. Cien mil pesetas de la época costó la construcción de la nueva necrópolis. Se le encargó el diseño al arquitecto Ricardo Marcos Bausá. Este urbanista pensó en la estructura del cementerio como si la de una ciudad se tratase.

"Es un lugar que refleja las estructuras sociales de la época, ya que los ciudadanos de más categoría social están enterrados en la parte central y los de menor poder adquisitivo tienen su lugar a las afueras", explicó la guía.

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