Siempre me han fascinado las películas que recrean la preparación y ejecución de un robo. Hablo de películas como El golpe u Ocean's Eleven. Precisamente, en la de Steven Soderbergh hay una parte que me parece especialmente lograda: es al principio del filme, cuando l os dos ladrones a los que dan vida George Clooney y Brad Pitt van reclutando a los individuos que les ayudarán en el golpe. Al principio, Pitt reflexiona sobre las necesidades del golpe y las especialidades que han de dominar sus compinches: "Así de pronto necesitaremos un Bill Gates, dos Catetos, un Miss Daisy, un Hombre de goma y el mejor Alfred Hitchcock de la historia", afirma. Me imagino un diálogo similar entre Javier Fernández y Jesús Gutiérrez a la hora de hacer el casting para su flamante gobierno. Fernández, con su flequillo cloonado, consultaría a su socio que, embutido en una camisa de leñador y zampándose unas zamburiñas, se pondría circunspecto: "A bote pronto, nos hacen falta una Madre Teresa, un Al Gore, un Platini, un Lord Elgin y un Krugman que no se arrugue ante Montoro". Después, Gutiérrez y Fernández, irían a reclutarlos en uno de esos A8 que proliferan en la región, con Víctor Jara tronando en la radio, que una cosa es que te gusten los coches buenos y otra olvidar que eres de izquierdas. El problema, en todo caso, es que a la hora de reclutar a los muchachos, en este bendito país que desprecia la excelencia pesa más el tener padrino que el tener talento, y en vez de una "Madre Teresa" se acaban conformando con una "Esther Díaz sin cafeína". Y así no hay Dios que dé un golpe decente.