Ríos de talento corrieron ayer en la plaza Mayor de Gijón, en la que 34 de los mejores escanciadores de Asturias se dieron cita para participar en la XXII edición del Campeonato Oficial de Asturias. El concurso aglutinaba en la misma prueba dos categorías distintas: una general para elegir al mejor escanciador de Asturias y otra local para el mejor de Gijón.

Cientos de espectadores observaron la diestra mano de los aspirantes y su dominio absoluto sobre la postura, el tiempo y el tamaño de los culinos. Lo principal que hay que saber antes de subirse al escenario es que hay que tener una postura corporal correcta, con la espalda recta y los codos sin doblar, el culín debe alcanzar los 100 milímetros pero no excederse, no debe quedar demasiado poso en la botella y, además, hay que escanciar 6 vasos en 70 segundos. Todo un reto que decenas de camareros venidos de toda Asturias quisieron superar. A pesar del esfuerzo, ninguno de los aspirantes consiguió marcarse 6 culinos perfectos. El que más cerca estuvo fue Pablo Suárez de la sidrería "La Cuétara" de Gijón, que no solo escanció cuatro vasos perfectos sino que además terminó en el tiempo exacto.

El concurso, que empezó con más de media hora de retraso causando que un inscrito no pudiese participar por problemas de horario, no estuvo exento de sorpresas para todos los presentes. La primera, protagonizada por una de las cinco mujeres que no se amilanaron al subir al escenario. Laura Suárez, también de la sidrería "La Cuétara", en mitad de la prueba y a la vista de que sus resultados no le permitirían una buena puntuación, decidió descalificarse a lo grande: bebiéndose el quinto culín de sidra que había escanciado a la salud de todos los presentes. El segundo impacto de la tarde fue descubrir que no hay edad mínima para sentir el amor por la sidra asturiana. Henry González, de la sidrería "El Fanjul", no subió solo al escenario, insistió en acompañarle su hijo Anfernee Mikel, que con tan solo 4 años se ganó la ovación del público echando un culín perfecto de 100 mililitros y demostrando que "hay cantera".

Las tres horas que duró la competición terminaron con una ajustada pelea por las primeras posiciones, que lideraron escanciadores asiduos de otros años. El campeón de Asturias fue Jason Franco, de la sidrería "El Madreñeru" de Pola Siero, que con esta ya acumula tres victorias este año. El ganador asegura que "a pesar de la experiencia, cuando me subo al escenario me pongo muy nervioso porque tener a tanta gente mirándote da un poco de miedo. A pesar de todo, al final merece la pena por el apoyo que me dan mis compañeros y los clientes de la sidrería". En segundo lugar quedó Jonathan Trabanco, también de Pola Siero, y siguiéndole con la tercena posición el ganador del concurso del año pasado, Salvador Ondó, de "El otru mayu".

El escanciador Miguel Ferreira, de la sidrería gijonesa "La Cuétara", es quien ostenta el título de mejor escanciador de Gijón. Y eso que era la primera vez que intentaba el reto en el concurso de la ciudad. "No puedo estar más contento. Voy a restregarle el premio a mis compañeros porque no confiaban en que pudiese ganar", explicaba emocionado.