Treinta y ocho fotografías en blanco y negro en paneles de acero acaparan desde ayer todo el protagonismo de los Jardines del Náutico de Gijón, donde decenas de curiosos se apiñaron para ser los primeros en contemplar "Génesis", el impresionante trabajo de Sebastião Salgado sobre la majestuosidad del planeta Tierra.
Hace doce años, un cansado y apaleado Sebastião, que había sido testigo de algunas de las atrocidades de la humanidad en "Éxodos", su última obra, inició un proyecto que le embarcó en treinta y dos viajes a través de los lugares más remotos del globo. Desde Alaska hasta la Antártida, el autor ha visitado lugares vírgenes, ajenos al impacto del hombre durante milenios. Su obra pretende concienciar sobre la negativa repercusión de algunos hábitos humanos y hacer un llamamiento a cuidar del planeta.
Gijón ha sido la ciudad elegida para esta nueva edición del programa "Arte en la Calle" de la Obra Social "la Caixa", que estará en el Paseo Marítimo desde ayer hasta el 3 de septiembre. "La relación de Sebastião con Asturias es muy especial. Empieza cuando le dan el Premio Príncipe de Asturias en 1998 y se convierte en el primer fotógrafo en recibirlo. Más adelante, el Gobierno de Asturias colabora en la reforestación de la hacienda del padre de Sebastião en Brasil, que fue la semilla de "Génesis". De ahí la relación tan entrañable que el fotógrafo mantiene con Asturias", explicó Miguel González, representante de la obra de Sebastião en España. En el génesis de "Génesis", también tuvo un papel muy importante su mujer Lélia. Cuando en 1990 Sebastião volvió a su país natal, se encontró con que las tierras habían sido deforestadas y habían desaparecido toda la naturaleza. Lélia decidió replantar un bosque con las mismas especies y crear el Instituto Terra. "Cuando Sebastião empezó a ver crecer los árboles que habían plantado dos años antes volvió a creer en la vida. El proyecto le devolvió la mirada positiva hacia el ser humano y hacia la tierra", señaló su representante en España.
Sebastião ha fotografiado ballenas francas australes en Argentina, etnias originales de Indonesia, manadas de búfalos cafre, tribus dinka en Sudán... "En todas sus obras utiliza el blanco y negro. Para él, la ausencia de color transmite mejor las emociones", comentó Miguel, su representante. "El proyecto empezó con cámaras analógicas. Con los atentados de las Torres Gemelas, se incrementó la seguridad en los aeropuertos y las máquinas terminaron por dañar parte de las imágenes. Debido a ello, se planteó un cambio a lo digital y la segunda mitad del proyecto se hizo con cámaras digitales".
El fotógrafo brasileño, cuyos viajes alrededor del globo suman un 46 % de la superficie de la Tierra, ha agrupado su obra en cinco zonas geográficas: "Las tierras del norte", que recogen sus memorias de Alaska o Colorado; "La Amazonia y el pantanal", que retratan lugares de Brasil y Venezuela; "Santuarios", con fotos de Indonesia, Nueva Guinea o Madagascar; "Confines del sur", recuerdos de su paso por Georgia del Sur o la Península Antártica, y "África".
