La izquierda política española agita la bandera de sus diferencias sin disimulos, con un entregado público de facción que jalea los mamporros dialécticos y el subrayado de la discrepancia. El director de contenidos de la "Semana negra", Ángel de la Calle, tuvo que tirar ayer de su largo oficio como moderador para encauzar el debate que, promovido por la Sociedad Cultural Gijonesa, reunió en el citado festival literario al portavoz del PSOE en el Senado, Óscar López, con Rafael Mayoral, diputado en el Congreso de Unidos Podemos, y Eva Solla, parlamentaria en la Xunta de Galicia por En Marea. Les pidieron que hablaran de la izquierda tras el 26-J, las elecciones generales que ganó el PP de Mariano Rajoy.

El acto se celebró en la Carpa del Encuentro, abarrotada. Entre el público Adriana Lastra, Juan Carlos Monedero, Vicente Álvarez Areces, María Luisa Carcedo, Sofía Castañón o Ana Taboada, entre otros. Pese al nombre de la carpa, tan propicio para ejercer la empatía -y a que los tres políticos intervinieron bajo una gran reproducción del cuadro "El Cuarto Estado" , de Giuseppe Pellizza-, lo que se produjeron fueron sucesivos desencuentros, pellizcos ideológicos y una viva esgrima por ver de quién es la culpa de que la derecha siga lista para gobernar otros cuatro años España. No parece, por lo escuchado ayer, que esté cercana una reedición del Frente Popular. Y hasta el pacto de Oviedo y las diferencias municipales gijonesas se pusieron sobre la mesa, como naipes de la buena o mala voluntad de unos y otros. Pese a la insistencia de De la Calle ("¿después del 26-J qué?"), permanecieron los reproches.

"Hoy podíamos tener un Gobierno de izquierdas", espetó López, en referencia al fallido intento de su líder, Pedro Sánchez, por formar un Ejecutivo con el apoyo de Ciudadanos y la complicidad de Podemos. "Quisimos hacer un Gobierno de coalición y el PSOE se fue con el Ibex 35", replicó Mayoral. Para éste, "hay un tapón de régimen" que impide un Ejecutivo integrado por socialistas y podemistas. "Lo que nos pide la gente es que concretemos nuestras respuestas, que resolvamos los problemas reales; hay que recuperar la movilización social", insistió Solla.

Para López, hay un evidente "rencor" desde sectores de Unidos Podemos hacia el PSOE: "La prueba es que hay una alcaldesa de derechas en Gijón (la izquierda suma mayoría en la primera ciudad asturiana); mientras nosotros debatimos, la derecha se fuma un puro". Solla recordó al político socialista cómo su partido ha respaldado un proyecto europeo que se modeló con los tratados de Maastricht o Lisboa. "Nos hemos equivocado en algo, y esto lo digo a título personal: no se puede andar detrás de quien no quiere pactar y busca la bendición de las élites". Otra referencia a lo que pudo ser y no fue tras las elecciones del pasado diciembre.

Alguna bronca entre el público, propia del tono apasionado que el debate tuvo por momentos, fue sofocada con mano izquierda, nunca mejor dicho, por De la Calle. Éste insistía en pedir a los tres políticos de la mesa alguna orientación para la próxima legislatura. "Creo que hay que llegar a acuerdos, lejos de los eslóganes", planteó López. Éste había dicho poco antes: "Si somos inteligentes desde la oposición, podemos cambiar muchas cosas". Puso algunos ejemplos: la reforma laboral, la LOMCE, incrementar el salario mínimo, y por ahí seguido. "La nuestra fue una oferta sincera al PSOE; ahora nos toca estar al lado y al servicio de la gente", manifestó Mayoral, para quien el futuro no se conquista desde la "autorreferencia", sino con "contenidos". "Hay que rescatar la democracia", añadió. "Toca ponerse a trabajar con una posición de diálogo, pero con medidas que ayuden a recuperar los derechos", propuso Solla. Luego, cada uno por su lado.