Miles de personas dieron ayer rienda suelta a su pasión por la fiesta y la música electrónica a orillas durante la última jornada de la vigésima edición del Aquasella que, un año más, volvió a desbordar todas las previsiones de asistencia.

"Es la mayor fiesta del verano. Una bestialidad. El ambiente es una pasada", manifestaron los madrileños Javier Aceño, Luis López y Daniel Martínez. Para la avilesina Carmen Martín la fiesta a orillas del Sella es una de las citas estivales ineludibles y está marcada en rojo en su calendario. "Ni me acuerdo desde cuándo vengo. La música y el ambiente de fiesta es increíble", dijo mientras entraba al recinto con sus amigas Alba Menéndez y Tara López. Las dos últimas se estrenaban en este festival.

Música hasta reventar los odios y muchas ganas de mover el cuerpo. Eso es lo que atrajo hasta Coviella desde Binefar (Valencia), a Arianna Pator y varios amigos. "Es la primera vez que venimos y todo está siendo genial. La música y la organización de diez. No podemos pedir más", añadió. En la zona de acampada, cientos de personas reponían fuerzas para escuchar en la última sesión del festival celebrada de ayer por la noche, a Dasha Rush, Ben Slims, Caleb Calloway y Jamie Jones. "El clima, la música, el ambiente, la gente. Me gusta todo del Aquasella", manifestó el madrileño Oscar Estévez. El palentino Alejandro Martínez pudo, al cuarto intento, disfrutar del Aquasella. "Siempre sacaba entradas y al final no podía venir por motivos de trabajo. Este año, por fin, no he tenido que regalar la entrada a nadie y he podido acudir junto a varios amigos", dijo.