Era una de las citas más esperadas del verano en Gijón y no defraudó (al menos en número de asistentes) a pesar de que algunas de las naves más esperadas se dieron de baja del programa en el último momento. El paseo del Muro y la playa de San Lorenzo se llenaron esta mañana de curiosos que quería contemplar el Festival Aéreo de la ciudad, que se cerró con éxito. Finalmente fueron 16 las aeronaves que participaron en la exhibición: diez helicópteros, dos cazas reactores y 4 aviones ligeros.

Pero no sólo de aviones en el aire se vive. Otro de los atractivos de estos días es la exposición de un F-4 Phantom junto al Náutico. Este ejemplar es uno de los pocas unidades que sobrevivieron de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos tras la Guerra de Vietnam" comentó Ana Cuervo, una de las encargadas de la 'boutique' que se había improvisado junto a la cabina y los nueve metros de la aeronave que están expuestos. "Hubo que cortarlo porque tenía 27 metros de largo y también era muy ancho" apuntaba Eugenio Caballero, otro de los miembros del acto.

"La misión de estos aviones era señalar los objetivos durante la Guerra en Vietnam y una vez se producían los ataques áereos regresba a la zona para comprobar el resultado" continuó Caballero, que añadió que "este ejemplar pasó a formar parte del Ejército de Aire e hizo su último vuelo en 1996". Desde entonces forma parte de la escuela de vuelo AEROTEC, con sede en Cuatro Vientos (Madrid).