Las fiestas de Santigo Apóstol de Ceares se despidieron hasta el año que viene de los vecinos y del parque de los Pericones. Después de cuatro días con actividades, música y mucha sidra, ayer, los festejos del barrio echaron el cierre con el concurso gastronómico, un habitual en las fiestas y la subasta del ramu. "Queremos que esta vieja tradición se vuelva a recuperar ", declaraba Pilar Ruiloba vicepresidenta de la asociación de vecinos "La Cruz" de Ceares.

Con algo de retraso, a media tarde comenzó el XIII Concurso gastronómico. "Llevamos haciendo esto varios años. Cada vez pedimos a la gente que traiga algo distinto como tortillas, arroz con leche o incluso sandwich", comentaba Cristina Álvarez, secretaría de la asociación.

En total se presentaron 12 postres entre ellos tartas, pasteles, browie, casadiellas y bombones. "La verdad es que la gente se lo curra mucho. Nos han traído un tren de pastel y bizcochos dentro de una sandía", contó Ruiloba.

"Es la primera vez que me presento al concurso y todo porque me liaron mis compañeras", explicó María Jesús García una de las componente del grupo de baile regional de Ceares. Igual que a ella también a Mónica Gavilán la liaron sus amigos. "Nunca me había presentado pero me gusta mucho cocinar cosas dulces", explicaba después de dejar en la mesa un gran bizcocho de crema de queso cubierto con glaseado de colores. "Soy aficionada a este tipo de pasteles, hasta tengo una página donde muestro cómo los hago" añadía. En esta edición no solo concursó gente nueva, sino también viejos conocidos. "He participado ocho veces", comentaba entre risas Manuela Menéndez, que ya atesora varios premios en estos años. "No sé si este año ganaré algo, pero yo lo hago con ilusión", decía mientras dejaba tres postres diferentes en la mesa.

En el concurso, el jurado formado por cuatro colaboradores habituales y una persona del público tuvo que catar y decidir cual era el postre mejor presentado, el más original y el de mejor sabor.

Mientras esto ocurría el alcalde de Bimenes, Aitor García, se encargaba de comentar la subasta del ramu. Se vendieron roscas de pan, mochilas y botellas de vino donadas por los comerciantes del barrio. La puja, que comenzó suave, se fue animando a medida que pasaba el tiempo. "Es la primera vez que pujo y lo he hecho por ayudar", comentaba María Pacheco. "Hará 30 años que no veía la puja del ramo, esta fiesta está genial", explicaba Luisa Corral, que se llevó un par de panes y dos mochilas.

El plato fuerte de la subasta vino al final cuando tocó el turno de vender la caja de vinos, momento en el que más gente alzaba la mano para conseguirla. La puja comenzó en 10 euros y acabó en los brazos de Luisa Corral por 31 euros: "seguiré viniendo mientras pueda" añadía con una gran sonrisa.

Para cuando acabaron las pujas el concurso de dulces ya tenía ganadores. El premio a la originalidad fue para Raquel Méndez, con su "Sandía Ceares"; la presentación coronó a Rosario Tejón, por su tren dulce, y el mejor sabor lo logró Mario Fernández por su tarta el pobre. Santiago no pudo tener un festejo más dulce.