Avilés se ha entregó ayer definitivamente al Intercéltico. En su vigésimo aniversario, este popular festival ha dado el gran salto con una localización que le permite brillar con todo su esplendor en Las Meanas. El evento es un continuo bullir de asistentes, que invaden la animada "Villa Celta", el corazón de la fiesta.

Familias enteras se congregan en torno a la mesa para degustar una caña de cerveza o una ración de las numerosas tapas que ofertan los diversos "stands" que alberga la gran carpa. "El lugar es una maravilla. Somos de aquí y cada día venimos para disfrutar tanto de los puestos de comida como de los conciertos. El ambiente es fantástico y el cambio de localización ha sido un éxito", explicó Ana Rodríguez, una avilesina cuya familia se acercó a la abarrotada carpa.

Si el corazón de la fiesta residía en ese lugar, que alberga los espacios de ocio y gastronomía; junto al escenario en el que se celebran los conciertos, los vasos que aportaban el continuo flujo de asistentes a la "villa Celta" no era otro que el popular mercado celta, donde se podía comprar tradicionales baratijas celtas hasta tomar un refresco o degustar comida en los diversos "stands".

La avilesina Susana Vázquez se acercó con su marido y sus dos hijos al popular mercado celta, cuyos pasillos eran un vaivén de curiosos que se acercaban a las diferentes tiendas de productos típicos celtas o para comprar algo de comer o beber en los puestos de comida del propio mercado. "Disfruto mucho de este ambiente ferial. Vinimos anteayer y nos ha encantado todo. Desde el tiempo, que ha acompañado mucho estos días, hasta el lugar, que le ha dado mucha más visibilidad y oportunidades de atraer gente al festival", declaró Vázquez, con una gran sonrisa.

Los dependientes de las tiendas apostadas en la pista de La Exposición aprovecharon también el bullir de gente para hacer caja, aunque el grueso de las ganancias tienen lugar el fin de semana. "Esperamos para el viernes, sábado y domingo que es cuando hay más gente", afirmó el marroquí Bouzakri Kamal, dependiente de un "stand" de productos de cuero.

Belén Casariego, Inma Alba y Begoña Liébana quedaron prendadas del ambiente y la localización, y defendieron que "el evento tiene que repetirse aquí". "El sitio es inmejorable", añadían. Estas avilesinas, que no se pierden un festival en la villa, disfrutaron con un enclave nuevo para ellas. "El año pasado fue en el Carbayedo y ahí estaba todo montado. Es el primer día que venimos a esta nueva ubicación.", señalaron. Sin dudas, Avilés ha conquistado el Intercético.