La braña de Aristébano acogió en una mañana lluviosa y colmada de niebla la quincuagésima octava Boda Vaqueira, que enlazó a Sandra Rubio, de Faedo de Lavio (Salas) y Claudio Riesgo, de Castañedo. La climatología afectó de manera importante en cuanto a la presencia de público, sensiblemente menor que en años pasados.

La comitiva que partió hacia la capilla de la Divina Pastora iba encabezada por los grupos de música y danza tradicional. Detrás, el ajuar, bajo un fino plástico por la lluvia, y tirado por dos bueyes. A caballo llegaron los novios, que estuvieron en todo momento acompañados por las autoridades, Vaqueiros Mayores y los Vaqueiros de Honor, distinción que este año recayó, entre otros, en Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias.

La nota más distintiva de la celebración fue puesta por la comitiva llegada desde Candelario (Salamanca), una localidad de un millar de habitantes que, según cuenta la historia, fue fundada por pastores trashumantes asturianos, muy probablemente, vaqueiros. Como símbolo de hermanamiento, la comunidad vecinal de este pueblo también ha sido distinguida durante la jornada.