A los más pequeños de Vega-La Camocha que pasan estos días por la biblioteca del barrio las sugerencias de lectura para este verano no se las hace un bibliotecario o una bibliotecaria. Se las hacen al oído una marioneta de la India, otra del Nepal, una amiga llena de hilos llegada de México, una muñeca de Kenia, figuras asiáticas tradicionales, un títere de guante de Cuba, otro de Alemania... Sin olvidarse de la presencia entre tanta figura llegada de tantos rincones del mundo de las "más guapas" de la colección: el luthier de Venecia que parece salido del cuento del mismo nombre y una bruja ciclópea de colores pastel encontrada en la localidad alicantina de Altea. No falta más que esa estatuilla de la diosa Isis articulada con hilos que los libros de historia dicen se encontró el arqueólogo francés Gayet Jelwis en una tumba egipcia.

Todas estas marionetas y títeres conforman una colección que se exhibe en vitrinas en la biblioteca municipal de La Camocha al lado de cuentos de todo el mundo que se ofrecen en préstamo como lectura del verano. "Kiriku", "El baile del elefante", "Hoja de papel", "Los amantes mariposa" o "El sueño de la pequeña Efwa" son algunos de los títulos que los títeres recomiendan a los lectores más jóvenes. Marionetas y cuentos que comparten expositores y secretos mientras ven pasar en silencio a los lectores del barrio.

Que estas marionetas sepan mucho de libros no es casualidad. La dueña de esta colección es Verónica Delgado, una de las integrantes del equipo de bibliotecarios del centro municipal. Ella ha prestado su colección personal para poner en marcha un proyecto que se llama "Compartetucolección" y que atrae hacia la biblioteca del barrio las diferentes recopilaciones de elementos de todo tipo que puedan tener los vecinos de la zona. Cada colección se pondría en relación con una selección de títulos de publicaciones a ofrecer a los lectores. Una propuesta más de dinamización de la actividad cultural de la zona, en la que la biblioteca tiene un papel protagonista con muchas y muy diversas actividades.

Si de una boda dicen que sale otra boda, de una exposición a partir de una colección privada sale otra. Y otra, y otra... A los bibliotecarios de Vega-La Camocha ya se les ha acercado un vecino alertándoles de que tiene un verdadero "tesoro" en libros sobre la revolución de octubre del 34. Y otra residente que lleva años aumentando su colección de muñecas. Si todo fallase a la bibliotecaria-coleccionista aún le queda el as en la manga de su colección de teteras.

La idea del equipo que trabaja en La Camocha se conjuga con el verbo compartir. Compartir los fondos propios del equipamiento de la Fundación Municipal de Cultura y Educación, compartir los objetos que cada vecino ha ido recopilando a lo largo de su vida pero, sobre todo, compartir las experiencias de quienes conviven día a día en un barrio populoso con un pasado marcado por la presencia de la mina y un futuro lleno de decenas de jóvenes familias que han elegido esa zona de la periferia gijonesa como su hogar. Mientras se organizan las nuevas exposiciones, las marionetas de La Camocha siguen leyendo.