José Luis Mosquera, Jaime Zataraín y Christian Escudero aterrizaron ayer en Gijón con las pilas cargadas. Tras más de 500 funciones en el teatro Alcalá de Madrid, los tres actores principales de "Priscilla" tienen muchas ganas de arrancar la gira nacional, y qué mejor forma de hacerlo que en el Teatro Jovellanos.

Si algo se lleva este trío de artistas es una gran amistad y un montón de anécdotas sobre las tablas. Este sentimiento se demuestra en el escenario, donde los tres actores interpretan a un grupo de amigos transformistas -dos gays y un transexual- que comienzan un viaje por el desierto australiano a bordo de "Priscilla", un desvencijado autobús que da nombre a la obra. "Representamos tres generaciones: 'Adam' es la juventud, 'Tick' es la mediana edad y 'Bernadette' la madurez", explica Christian Escudero. "Aunque al principio Bernadette no soporta a Adam, también de duro temperamento, el viaje cambia las relaciones entre los personajes y saca lo mejor de cada uno", explica el intérprete de "Bernadette", cuyo viaje interior le lleva a reencontrarse con el amor.

A pesar del duro trabajo al que han estado sometidos en los últimos meses - que les ha supuesto una preparación física y psíquica importante- los tres artistas coinciden en que ha merecido la pena "por el subidón que te da el público al final de cada actuación". La obra contagia a los espectadores de la alegría y el optimismo que se vive en las tablas, en el que es "un canto a la amistad y a la felicidad".

Jaime Zataraín, actor que da vida a "Tick" en el escenario, describe el agotamiento que vive al acabar cada representación como un "cansancio nutritivo, que te renueva la energía y las ganas de seguir trabajando". Y lo mismo le pasa al público, que sale encantado y con ganas de más. Habrá que verlo.