En el Sella manda la tradición. Y este año, más que nunca, porque la organización del Descenso recuperó algunas más. Tras el discurso de la gijonesa Lara Álvarez, después los cánticos y arengas a los deportistas, el cañón que llevaba excluido de la fiesta casi cincuenta años volvió rugir a dando la salida a la prueba deportiva.

Después de casi medio siglo, el "cañón de las piraguas" que cedió Juan Antonio Samaranch a Dionisio de la Huerta en 1968, volvió a cobrar vida para deleite de habituales y primerizos, estos últimos sorprendidos por el original método empleado para dar inicio a la competición. El arma, está habitualmente situado en la parraguesa plaza Venancio Pando, emplazamiento que abandonó este fin de semana para presidir desde la ribera del Sella, en el paseo Dionisio de la Huerta, la gran fiesta de Asturias.

Además, los encargados de hacer la detonación que dio rienda suelta al delirio festivo y deportivo, fueron integrantes el grupo de guías mineros del pozo Sotón, único pozo en activo visitable en toda Europa.

En los últimos años, sustituyendo al tradicional cañonazo tras una avería del cañón, se habían colocado unos semáforos que daban la luz verde al inicio del descenso. El encargado de accionar el mecanismo desde hace ya dos décadas es Javier Feliz, quien asegura que "ahora la cosa ya está mucho más calmada, antes era distinto", asevera, "teníamos que venir muy temprano para comprobar que todo estuviera listo para funcionar, ya que había veces que nos robaban los cables o incluso nos llegamos a encontrar el semáforo tirado en el río". No obstante, no hay mucho problema en que el mecanismo fallara, ya que "los palistas salen igual, ni lo miran", asegura.

Este año, coincidiendo con el cañonazo y el comienzo de la competición deportiva, el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella organizó una suelta de palomas procedentes de Llanera y Coya, representando el espíritu de paz y solidaridad del evento, que este año ascendió hasta las 22 nacionalidades representadas, sumándose a las de otros años, la serbia, la colombiana y la marroquí.

Otra de las tradiciones recuperadas en esta edición fue el desfile de los "gigantes y cabezudos" por las calles parraguesas, iniciativa llevada a cabo por la agrupación Entianes de Ribadesella.

La fiesta tuvo referencias este año también a otra ciudad: Gijón. "Ayer se produjo el pistoletazo de salida la semana más importante de Gijón y este año, además, coincidiendo con una de las mayores fiestas de la región. Por ello, en el 80 aniversario de este Descenso Internacional y aprovechando el nombramiento de Gijón como Ciudad Europea del Deporte, hemos organizado una estrecha colaboración entre ambas actividades, explicaba el concejal de Deportes del ayuntamiento gijonés, Jesús Martínez Salvador.