Avilés se empapará estos días de cervezas por el festival de la popular bebida, que comenzó ayer en La Exposición. Y, entre tanta caña y botellín, las llamadas "barrigas cerveceras" se hacen un hueco en los bancos. Los asistentes al certamen no se ponen de acuerdo acerca de si esta bebida engorda. Aunque todos posan orgullosos con ella en la mano, al margen de los kilos de cada cual.

Los asistentes abarrotaron ayer la carpa de La Exposición en el inicio del festival. No fueron pocos los que exhibieron sus voluminosas "barrigas cerveceras", orgullosos de ser los mejores catadores de esta bebida. "No es un mito que la cerveza nos haga sacar barriga, pero no es menos cierto que la comida también ayuda", señalaba Jesús Miranda, Vicini, mientras se jactaba de su voluptuosa zona abdominal. "A los que nos gusta la cerveza sabemos que podemos engordar unos kilos, pero por ello no la vamos a dejar de beber", señalaba, entre risas. Marcos Javier Álvarez, residente en Avilés, pero de origen catalán, apostillaba: "Este año el festival parece que tiene un ambiente increíble, se acaba de inaugurar y ya parece que se van a batir todos los récords de asistencia". Y añadía, también entre carcajadas, que su barriga es producto "totalmente de la cerveza". "Y me siento muy orgulloso por ello", remataba.

Roberto González, de Oviedo, se desplaza a Avilés todos los años porque cree que este "es el evento cervecero de referencia en Asturias". Este aficionado a las buenas rubias también afirmaba ser un enamorado de las cervezas de importación y de las novedades que hay todos los años en la ciudad. "Vengo principalmente a beber cerveza que no he visto otros años, y en esta edición siempre me voy fijando en las nuevas bebidas que me ofrecen", señalaba, mientras saboreaba una birra checa. Para González, la clave también está en lo que se come mientras se bebe. "Cuando bebemos cerveza no cogemos kilos por ella, que también ayuda, sino por lo que comemos mientras estamos tomándola y hablando con amigos", relataba.

Pero no todo el mundo cree que esta mala fama de la cerveza esté realmente justificada. Julita Gómez, vecina de Avilés, explicaba: "Soy una bebedora habitual de cerveza y la bebo siempre que puedo, pero no tengo nada que ver con la 'barriga cervecera', para mi es un mito". Y lo hacía entre trago y trago a una cerveza rubia. Es probable que esta mala fama tenga mucho que ver con otros factores. "Es una injusticia que se lleve estas críticas la cerveza porque es mucho peor la vida sedentaria para la barriga, hay que moverse", explicaba un grupo de amigos entre risas.

A Alberto Gutiérrez no le gusta la cerveza, pero también se mostraba orgulloso de su barriga. Él aducía ayer por la tarde otros motivos para tener una tripa de campeonato. "Me gusta el buen vino, y además disfruto comiendo jamón serrano; la cerveza es algo que no bebo habitualmente pero aún así, mi barriga parece que quiere decir lo contrario", señalaba, en uno de los bancos de la carpa del concurrido certamen.

Lo cierto es que la cerveza, de diferentes tipos y nacionalidades a gusto del catador, entra especialmente en verano, por las altas temperaturas. "Venimos a pasárnoslo bien y a todos los que estamos en este recinto nos une una cosa en común, el gusto por esta bebida tradicional; da igual que sea artesana, industrial, rubia o tostada, a todos nos gusta tomárnosla", finalizaban cuatro amigos avilesinos, entre sorbos.

Estos días en Avilés se dan cita las mejores cervezas nacionales y de importación. Junto a ellas, hasta el día 15, muchas barrigas lucirán orgullosas en La Exposición.