No es lo mismo darse un chapuzón en Llanes que en Tapia de Casariego. De oriente a occidente, el Cantábrico refresca unos tres grados, como recoge el Instituto Español de Oceanografía. Mientras que las aguas que limitan con Galicia están a 18 grados, las que lo hacen con Cantabria superan los 21. Esos grados, arriba o abajo, lo notan bien los surfistas asturianos. Álvaro Fernández Calvo, un veterano de las olas de Rodiles, asegura que no tiene nada que ver la temperatura del mar a un lado y otro del Cabo Peñas. Sirven de ejemplo los siguientes datos: Peñarronda marcó ayer 18,6 grados y San Antolín, 21,5. Entre medias, Salinas alcanzó los 19,7 y San Lorenzo, los 20,9. El contraste aún es mayor, de cinco grados, si se comparan las playas de Galicia y del País Vasco. Esto se explica por los afloramientos de agua fría, que se producen con mayor intensidad en la costa de La Coruña.

El fenómeno, no obstante, está remitiendo, ya que Asturias va recuperando poco a poco su temperatura habitual."El agua está templando otra vez. Tuvimos una primavera con agua muy caliente y el pasado fin de semana, enfrió una barbaridad. Hasta los 15 grados", comenta Álvaro Fernández, de la escuela de surf Rodi Ride. Los termómetros del Instituto Español de Oceanografía registraron ayer una leve recuperación en el cantábrico occidental. Ningún arenal de la comarca bajó de los 18 grados, mientras que una vez pasado la ría de Ribadeo, la temperatura del agua cae un grado. Por contra, en el oriente el mercurio subió en algunas horas del día hasta los 21 grados, al igual que Cantabria, pero lejos de igualar al País Vasco. En la playa de Zarautz el agua rozó los 22 y San Sebastián los superó con creces.

El tímido calentamiento que ha experimentado el Cantábrico esta semana ha conseguido alejar las nieblas de la costa. La bruma, tal y como explica el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología, Manuel Mora, se forma cuando las masas cálidas y húmedas del exterior se condensan al entrar en contacto con el agua fría del mar. Ese chapuzón helado está relacionado con los afloramientos costeros, que consisten en el desplazamiento de las aguas cálidas y superficiales hacia mar adentro y el ascenso de las frías por acción del viento del Nordeste.

En este punto, José Luis Acuña, biólogo de la Universidad de Oviedo y director del Observatorio Marino de Asturias, hace una puntualización: "Lo lógico es pensar que el Nordeste empuja el agua hacia el suroeste, en vez de hacia el norte. A la escala de una palangana llena de agua sobre la que aplicamos un ventilador, de una bañera o incluso de una piscina, esto es cierto. Pero a las grandes escalas a las que se producen los afloramientos, interviene un nuevo componente denominado efecto de Coriolis".

Según detalla Acuña, este efecto modifica la trayectoria normal del agua haciendo que se desplace hacia la derecha de su dirección de movimiento. "Este efecto se propaga de forma escalonada hacia abajo, haciendo que, a medida que aumenta la profundidad, la deflección debida a Coriolis sea más acusada con respecto a la dirección del viento en superficie. Esto es lo que se conoce como 'espiral de Ekman'. El resultado es que la capa superior del océano afectada por la espiral (que pueden ser de unos 20 metros a nuestra latitud) se mueve en promedio en un ángulo de 45 grados hacia la derecha con respecto a la dirección del viento, en nuestro caso hacia el Noroeste. Es decir, empuja el agua superficial mar afuera, creando un vacío en la zona costera que se llena con agua que asciende de zonas profundas", remata. Eso son los afloramientos.

Según el Instituto de Oceanografía, las temperaturas del mar se mantendrán a los mismos niveles que hoy durante todo el fin de semana, a diferencia de las del exterior, que bajarán hasta el domingo. La Agencia Estatal de Meteorología prevé una bajada de entre dos y tres grados para hoy, que irán acompañadas de lluvia débiles y esporádicas. Mañana, los cielos seguirán nublados, mientras que el domingo es más probable que luzca el sol.