La costa asturiana -espléndida combinación de verde de campo y azul de mar- ofrece su mejor cara cuando se la contempla desde el Mar Cantábrico. Es una magnífica experiencia que también puede vivirse desde las alturas, gracias a los cursos de "flyboard" que se ofrecen en Gijón este verano. Se trata del deporte náutico de última moda. Una tabla bajo los pies, con dos potentes chorros hacia abajo, permite "volar" sobre el agua, sumergirse en ella, saltar como un delfín y realizar todo tipo de piruetas, aunque esto último, claro está, precisa de un buen periodo de aprendizaje.

Quienes han llevao el "flyboard" al litoral gijonés son David Zapico y Jorge Losa. Este último comenzó hace 15 años con una escuela de navegación y, poco a poco, ha ido ampliando su proyecto. "David fue alumno mío hace un tiempo y a finales de 2014 me vino con esta historia", explica. "Empezamos con los cursos el pasado verano y como funcionó tan bien, decidimos continuar también con ellos este año", añade.

Las clases de "flyboard" tienen lugar dos días durante la semana, y también los sábados y los domingos, aunque "todo depende del tiempo", explican los organizadores. Alrededor de trescientas personas disfrutaron el año pasado en Gijón de esta actividad, que, contra lo que pudiera parecer, atrae a gente de todas las edades. La más joven, según cuentan Zapico y Losa, tenía 14 años, mientras que la mayor llegaba a los 67 años. "No es un cuestión de fuerza, sino más bien de equilibrio", exponen.

En grupos de cuatro o cinco personas, los alumnos se suben a la lancha que los traslada por las aguas del Cantábrico para disfrutar de una tarde deportiva muy diferente. "Como no había ningún portal náutico en la región decidimos montar Asturias Náutica, con actividades acuáticas de todo tipo: kayac, paddel surf, buceo... Todos estos servicios se complementan unos con otros", cuenta Losa. "Tenemos todas las titulaciones y todo el material necesario. Además, nosotros ponemos el casco, el neopreno las lanchas necesarias, la tabla... La gente únicamente tiene que venir tranquilamente y disfrutar", subraya.

Algunos alumnos disfrutan del "flyboard" por primera vez. Otros, repiten. La actividad cuesta 45 euros. "Este año tuvimos que empezar más tarde por culpa del tiempo, casi a mitad de verano. Pero esperamos que en septiembre se anime mucho la cosa. Como el 80% de la gente que viene es de Asturias, no dependemos demasiado del turismo", añade Losa.

La actividad dura unos 20 minutos por persona, ya que "físicamente es muy exigente y después de ese tiempo terminas reventado", bromea uno de los organizadores. Sin embargo, quitando los cuatro minutos iniciales, que es lo que suele tardarse en aprender a manejar la tabla, queda un buen cuarto de hora para disfrutar de esta original práctica que ha llegado a la costa gijonesa con la idea de quedarse una buena temporada.