"Sientes satisfacción. Es para estar contento". Con este entusiasmo ha recibido el lagarero maliayés Benjamín Vallina la noticia de que el "Tonel de Oro" de la Fiesta de la Sidra de Gijón este año será para él,por decisión de sus compañeros del gremio. Es el reconocimiento a toda una trayectoria dedicada a la bebida regional que comparte con su mujer, Gumersinda Iglesias, su mejor probadora. Están satisfechos de que su hijo, Víctor Vallina, continúe con el negocio familiar, tras la jubilación de su padre.

Fundó su lagar de Peón (Villaviciosa) en 1968, cuando se licenció del servicio militar. Conocía bien el sector porque desde crío ayudaba a su tío, Víctor Vallina Costales, que mayaba en casa. "Pensaba en trabajar y como me gustaba, tiré por la sidra", apunta. La decisión parece que fue acertada: "no fue una mala decisión, aunque hubo que trabajar mucho". Desde entonces, "cambió todo... Se empezaron con los trasiegos porque antes se corchaba sobre la madre y no se hacían mezclas para mejorar la sidra". Otra mejora fue la incorporación de los sistemas de frío, que permiten controlar la fermentación y "para que no se pierda el cabónico de la sidra".

Le satisface que "ahora la juventud tira mucho" por esta bebida porque para él "es un aliciente, como este reconocimiento". En 2014, la sidra de su lagar recibió el premio de "Elogio de Oro" por ser la mejor del certamen. Sería redondo que este año hiciera doblete.