Las carrozas fueron uno de los atractivos, ayer, en los festejos de San Bartolomé en Quintueles (Villaviciosa). Pusieron diversión y color a la fiesta.

Tocó madrugar, pues sobre las diez y media de la mañana ya partieron de San Clemente para recorrer la mayoría de barrios de la parroquia. La animación estuvo asegurada porque todos iban con la intención de pasárselo bien e invitar al público a las viandas que llevaban en sus carrozas. Precisamente ésta es una de sus peculiaridades, los pinchos que regalan, que siempre son agradecidos. Y como en toda romería que se precie, tampoco faltó la sidra.

"Llevamos 10 kilos de llámpares, 10 cajas de sidra, casadielles, bollos preñaos, empanadas, tortillas... De todo", hasta gallinas -una de ellas puso un huevo-, explicó Manuel Alonso, uno de los miembros de la comitiva de Rovigo. Empezaron a engalanar la carroza el viernes pasado: "Es una tradición muy guapa que reúne a niños, jóvenes y mayores".

Gelu Morán apuntó que le "gusta mucho que continúe" esta fiesta. No en vano, él fue uno de los fundadores del desfile de carrozas, junto a Tano Ordieres, allá por 1978. La afición, en lugar de decaer, ha ido creciendo durante estos años. Aunque Morán es de Somió (Gijón), se siente muy de Quintueles e iba en representación de los barrios del Peñucal y San Clemente. Junto a él estaba Chus Ordieres, miembro de la comisión de fiestas, que preside Carmen Amor, e hijo de Tano Ordieres. Apuntó que las carrozas tienen que ser de temática asturiana y sus integrantes han de ir vestidos con el traje típico mariñán. "Empezaron con dos o tres carrozas y con los años acabó con lo que es hoy", apuntó Ordieres durante un desfile de 15 vehículos.

Los de la peña El Secañu, del barrio del Cerro, iban bien preparados y son casi profesionales pues incorporaron hasta una parrilla. Además, llevaban lacón, lomo y jamón. Éste último es un clásico, junto a las tortillas y empanadas, en el ágape de este desfile, sin desmerecer a la sidra, siempre presente. Clara Rendueles, unas de las componentes de la carroza, explicó que son un grupo de amigos los que se reúnen y acuden cada año a esta divertida cita siempre que sus obligaciones laborales se lo permiten: "venimos todos los años si tenemos vacaciones". El desfile lo abrió el Grupo de Gaitas La Laguna de San Claudio, de Oviedo. Después fue la misa en honor al santo, la puja del ramo y actuaron Les Xanines. Por la noche llegaría la verbena.