Hubo menos gente que el pasado año pero los optimistas dirán que se tocó a más ración. La Fiesta del Cordero, en el Prau Llagüezos, en La Cobertoria, en lo alto del concejo de Lena, celebró ayer sus bodas de oro. Todo un récord de longevidad fiestera. Los organizadores del evento sirvieron 625 raciones de cordero a la estaca, casi la mitad de las 1.200 del pasado año, pero el buen tiempo, el sol y el calor animaron a los asistentes y comensales.

La menor afluencia fue el comentario general de los allí presentes, como Leoncio García, uno de los asadores más veteranos, quien tras 30 años acudiendo a la romería dijo "echar de menos aquellos tiempos en que se preparaban más de 180 corderos". A su vera, Eugenio Mediavilla, también cocinero, y con 13 ediciones a sus espaldas, recordaba cómo "antes la gente subía por una pésima carretera incluso con mal tiempo".

Aunque tampoco era difícil encontrar a primerizos, como la familia formada por Cat Gaa, ciudadana de Chicago; Enrique Montero, su marido sevillano, y el pequeño de la pareja, Enrique, quienes están de vacaciones por Asturias y encontraron la fiesta por Internet: "La vimos, nos gustó y vinimos para acostumbrar al niño", dijeron.

Amenizado por las gaitas, el público fue recogiendo los platos conmemorativos del cincuenta aniversario que se regalaban con el menú, mientras los 60 corderos se asaban en torno a las brasas de leños de haya y roble.

Antes de la comida, tuvo lugar el momento más emotivo de la fiesta, la entrega del premio "Güelos de L'Aramu", a dos vetustos habitantes de la zona.

Este año, los homenajeados fueron Ismael Martínez Álvarez y Estrella Pérez Menéndez. Apoyado en su bastón, Ismael, de 88 años y natural de Riosa pero residente en la Pola, evocaba los 37 años que pasó trabajando en la mina, aunque ahora, merecidamente jubilado, se ocupe de cuidar su huerto. Estrella, de 83, y natural de Rano, en Quirós, afirmaba sentirse muy contenta por un reconocimiento que le llega después de toda una vida dedicada al trabajo en el campo.

Ambos recibían orgullosos, entre felicitaciones y aplausos, sendas placas de recuerdo de manos de la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez, y su homólogo quirosano, Ovidio García.

A las dos de la tarde abrieron los 12 puestos habilitados para el reparto del almuerzo, y en Llagüezos los comensales comenzaron a buscar sombra. La verbena puso el broche a un festejo que escenifica la unión entre lenenses y quirosanos.