Casi con media hora de retraso sobre el horario previsto arrancó el esperado concierto de Luis Fonsi en Gijón. Bien podría decirse que empezó "despacito" y fue yendo a más. El concierto se inicia con "Tanto para nada", con el artista puertorriqueño acompañado de un notable cuerpo de baile. Unas 3.500 personas cubren la mitad del aforo del Palacio de los Deportes. Muchas de ellas disparan su móviles para captar a la estrella, que levanta al público ya con su segundo tema "Corazón en la maleta".

Una pena la calamitosa acústica del recinto. No se entiende bien al artista, que se dirige por primera vez a sus incondicionales con un "¿cómo se siente Gijón esta noche?. Estoy encantado y vamos a cantar todas las canciones que ustedes quieren escuchar".

El sonido en ocasiones rebota y como quiera que el cantante tampoco exhibe una voz portentoso, el público se muestra un poco frío tras la descarga inicial.

Tras las dos primeras canciones suenan otros éxitos de Fonsi, como "Nada es para siempre" e "Imagíname sin ti". Suenan temas ya lejanos en su trayectoria y también algunos más recientes, como "apaga la luz".

La primera parte del concierto muestra un asomo de los ritmos latinos por los que el puertorriqueño ha optado en esta última etapa de su carrera, la que curiosamente le ha hecho más popular en Europa, con letras como "Gritar", que interpretó ante el delirio de sus fieles, y a las que siguieron "Llegaste tú", "Quién te dijo eso" o "Por una mujer".

Casi al final Fonsi ofreció al auditorio un "medley" de baladas, entre las que se encontraban éxitos tales como "Quisiera poder olvidarme", "Qué quieres de mí", "Abrazar la vida", "Aunque estés con él" o "Respira".

Dejamos para el final el comentario de lo que todos quieren leer o escuchar, de cómo sonó en Gijón el popular y planetario "Despacito", el bombazo del año , el ritmo que ha abierto a Fonsi las puertas del Viejo Continente.

Hay estudios científicos que certifican que las canciones más pegadizas son aquéllas que generan mayor comunicación entre las áreas del cerebro relacionadas con el sonido y las emociones. Algo tendrá una canción de letra tan insulsa e insípida para desatar tales pasiones. Será golosina para el cerebro u otra cosa, pero fue empezar a sonar y desatarse el auditorio en un baile enardecido y en un cántico multicoral. Y otra vez los móviles enchufados a un ritmo que no se le va a uno de la cabeza. Por desgracia.