El enorme gentío que en el tarde de ayer se concentró en la "Semana negra" era la demostración de que el festival multicultural continúa con su viveza de siempre, y eso que va por su 30º. aniversario. "El ambiente ha estado mucho más animado, hay más público que años anteriores en general en Gijón, a pesar de que muchos esperaban que esta cita no saliera adelante", aseguraba ayer la gijonesa Mayte Infiesta Saborit, de 45 años.

El gentío se divide cada día entre decenas de casetas de libros y tenderetes de productos, varias barracas con una oferta gastronómica de la zona, y distintas carpas donde se imparten charlas y otras actividades de los escritores invitados. Y, cómo no, en una serie de atracciones infatiles y juveniles. Todo eso delimita y compone el recinto ferial del festival, en el solar de Naval Gijón. Con una afluencia tan notable, lo más desagradable -y que todos los asistentes repiten hasta la saciedad- es el polvo que se levanta del suelo sin asfaltar, que crea una fina película que entorpece el aire. "Resulta muy desagradable. Además, con este suelo es muy difícil caminar por la cantidad de suciedad y piedras que se meten en las sandalias", sostiene Infiesta, rogando por una mejora futura.

Un certamen que reúne a los más fanáticos del género de la novela negra, a curiosos atraídos por el ambiente y a otros cuantos que quieren disfrutar de las atracciones y otros servicios de entretenimiento, tiene que ser fuerte para sobrevivir. Y en Gijón lo hace gracias a un popurrí que tiene como resultado una oferta lúdico-cultural, donde este año, el espacio del ocio y los festivo ha ganado la batalla al encuentro literario, según opina José Alberto Pérez González, de 58 años. "Hay más interés por las atracciones y la fiesta, las charlas están más vacías. Yo mismo, por ejemplo, no participo en ellas porque cuando quiero algún libro en concreto voy a la librería y lo compro en el momento. Tampoco porque sea la 'Semana' tengo que comprar uno".

Otros, en cambio, prefieren una propuesta más variada: "creo que podría ser todavía más cultural, si ofreciera más actividades musicales y conciertos por la noche", comenta Marcos Vaz, un estudiante de 20 años. Y no es el único, Eduardo Álvarez, de 35 años, añade: "a la oferta le faltan conciertos con artistas de renombre como otros años".

Entre los aficionados a la lectura está Carlos Zuazua, de 48 años. Tras haber pasado por varios de los coloquios de escritores, asegura que "hace siete años que no venía y la sensación es que la parte cultural ha ido a menos". Va por gustos. Pero todos coinciden en que el espíritu de la "Semana negra" continúa preservado "porque es fiel a sus inicios, y no debería de tener otro sustituto en género" aclara Carlos. Los más jóvenes, como Marta Ortiz, estudiante de 16 años, encuentran el atractivo sobretodo en los coches de choque, la feria, y por supuesto la reunión con todo su círculo de amigos: "lo que más nos gusta de la 'Semana negra', es la gente que reúne, ir de atracción en atracción y pasarlo bien".