"Te llaman porvenir

porque no vienes nunca"

Así comienza uno de los poemas más conocidos de Ángel González. Y es que ayer, los ovetenses "vinieron" y se rindieron a su poeta más reconocido en uno de los lugares que más tiempo pasaba cuándo volvía a Oviedo: La plaza del Paraguas.

Más de un centenar de personas se acercaron al homenaje al poeta asturiano que llegó a ocupar el sillón "P" del la Real Academia de la Lengua Española. Un acto enmarcado en la segunda colaboración de la ciudad con la "Semana negra" de Gijón que cumple su edición número treinta. "Ángel González fue un poeta que siempre estuvo muy vinculado a la "Semana negra" y hacía años que no se le dedicaba un homenaje" afirmó la vicealcaldesa de Oviedo, Ana Taboada.

El director de contenidos de la "Semana negra", el ilustrador Ángel de la Calle, fue el encargado de comenzar la sesión y en manifestar la importancia de recordar al poeta ovetense entre las actividades de esta edición. "Creo que le hubiese encantado un homenaje así en la Plaza del Paraguas y en tal fecha, ya que Ángel González era en sí, la 'Semana negra'".

Cerca ya el décimo aniversario de su muerte (el académico falleció en 2008), personas del ámbito de la cultura se reunieron para recordar la lírica de Ángel González. Nuria Barrios, Manuel Ricos, Luis Piqueros o Xuan Bello, fueron los encargados de dar lectura a poemas propios y del poeta ovetense en un plaza llena de gente.

"Es un poeta al que admiro y es una suerte que su obra siga viva, porque se busca y se edita" afirmaba un emocionado Xuan Bello, premio nacional de literatura asturiana. "Es como si estuviese cerrando un círculo que tenía pendiente con Ángel" comentaba el poeta mierense Luis Piquero antes de recitar "Palabras del Anticristo" y añadía, que "siempre recordaré el día que lo conocí". El broche final vendría a cargo del cantautor gijonés Nacho Vegas, interpretando por primera vez una canción basada en las lecturas del poemario de Ángel González que tanto le inspiraron.

Entre el público asistente se pudo ver a personas del mundo de la literatura, familiares y amigos del poeta ovetense que no pudieron contener la emoción. Susana Rivera, profesora en la Universidad de Nuevo México y viuda de poeta, destacó el ambiente festivo y el lugar elegido. "El paraguas fue el primer lugar que me hizo conocer de Oviedo". A su lado, Lola Lucio, viuda de Juan Benito, figura esencial de la promoción de la cultura asturiana y gran amigo del poeta, recordaba cómo se habían conocido Juan y Ángel en el año 1940. "Se cruzaron una mirada en el descanso entre clases y sin que nadie les presentase, se pusieron a jugar al ajedrez. Así comenzaron a ser grandes amigos." Recuerda Lola Lucio que "siempre que venía a Asturias, su parada era el bar del Paraguas y nuestra casa, dónde se tomaba el primer whisky".

Y es que en ese bar que hace esquina en la plaza, el poeta pasó grandes noches con amigos y compañeros de círculo del arte y la cultura. "Ángel arrastraba a mucha gente con él", comenta Fernando Lorenzo, "Fernando el del paraguas", que vio a toda la generación del 50 pasar por "El Paraguas del Fraile Volador". Ángel González era gran conversador y era usual escucharle cantar acompañado del piano. Un piano que dejó de sonar un 12 de enero de 2008. Ayer tocaba un recuerdo caluroso y sentido al poeta que tuvo en Asturias su tierra y en Oviedo su casa.