Jesús Cintora (Soria, 1977) es periodista de dilatada carrera y autor de dos libros de repaso a la actualidad. Ayer acudió a la "Semana negra" de Gijón para presentar "Conspiraciones, ¿por qué no gobernó la izquierda?", en el que aborda la última y convulsa hora de la política nacional.

- ¿Vivimos rodeados de conspiraciones?

-El libro sobre todo habla de las luchas de poder que se producen en la política cuando más allá de ocuparse simplemente de gestionar los asuntos de la gente, la educación, la sanidad, el día a día, los políticos dedican demasiado tiempo al interés propio. En este libro aparecen poderes empresariales, mediáticos, políticos que parece que se han ido y siguen estando y los propios protagonistas de la política moviéndose con el objetivo de la conquista del poder.

- ¿La política se ha reducido a la conquista del poder?

-Yo creo que no. No todo el mundo conspira y no todo el mundo conspira para el poder. En el libro he tratado de reflejar una historia narrada en tercera persona, que nos deja una serie de hechos basados en una investigación importante, con el esfuerzo de un lenguaje sencillo, que enganche, natural, pero estamos hablando de hechos reales. El tiempo en que vivimos ahora es por una parte de cambio y por otra de esfuerzo para no cambien las cosas al menos por parte de gente que tiene la sartén en el mango en este país. O que trabajan para que parezca que las cosas han cambiado cuando no es así.

- ¿No resulta decepcionante para el ciudadano?

-Tenemos que pensar que el libro tiene su origen en el año 2014, que fue el año de la tormenta perfecta. Por un lado, el gobierno del PP vivió graves momentos de crisis por temas de corrupción, sumado a la crisis económica y los recortes, a los sacrificios de los ciudadanos. Al mismo tiempo tuvo lugar una abdicación en la jefatura del Estado con un rey que decía que moriría como rey pero al que le hacen ver que es bueno que abdique. Y además tenemos una crisis de liderazgo en el PSOE que hace que se vaya Rubalcaba, la cuestión de Cataluña, la emergencia de un partido como Podemos... Se veía venir que el bipartidismo se resquebrajaba, y ahí ha habido quien se ha movido. El tiempo fundamental del libro es el año vivido sin gobierno en el que Rajoy se ha movido, con la apariencia de no hacer nada, logrando quedarse en el poder a pesar de toda la corrupción que nos rodea.

- La corrupción parece un mal que no cesa...

-Rajoy afrontará en los próximos días la declaración del primer presidente en ejercicio ante un tribunal por la financiación ilegal de su partido, y eso en otros países sería demoledor. Aquí parece como que la ciudadanía ha llegado a estar curada de espanto. En el libro aparece como ese Rajoy con el que nadie quería pactar, porque nadie quería ser su amiguito después de las primeras elecciones generales. Y él consigue arrastrar a muchos a un precipicio en el que antes de despeñarse le estrechan la mano para no desmoronarse, y él siempre ha jugado sus cartas para salvarse. Y ahí está, ahí sigue.

- ¿También se salvará de esta?

-El tiempo lo dirá. Lo que es cierto es que Rajoy, como dice Felipe González, es el único animal que avanza sin moverse. La diferencia entre Rajoy y otros políticos como Susana Díaz es que Rajoy actúa pero parece que no hace nada. A Susana Díaz se la vio actuar en el escenario del crimen, se la vio con el cuchillo en la mano para cargarse a Sánchez, y Rajoy se mueve pero de manera que parece que ni siquiera da un paso. Él por ahora va manteniéndose en el poder desde hace un montón del año, es un estratega de la supervivencia en política muchísimo tiempo.

- A Susana Díaz no le ha funcionado la estrategia...

-La lucha de poder que se vive en el PSOE desde hace años ha aparecido simbolizada en varias figuras. La de Susana Díaz al final aparece como la de alguien que tiene esa ambición de poder, como la puede tener el propio Sánchez. Pero a ella se la ha visto actuar a destiempo, con una imagen que al final le ha pasado factura. La gente en este país se ha quedado con su imagen como si fuera la mala de la película. Su imagen política se ha visto bastante deteriorada.

- ¿Está pasando lo mismo en Podemos?

-Lo que ha ocurrido en el caso de Podemos también tiene que ver con una lucha de poder. En los orígenes de Podemos no había pablismo ni errejonismo, y ahora lo ha habido. El Iglesias y el Errejón que eran uña y carne cuando Iglesias iba a las tertulias televisivas, con Íñigo detrás como un ayudante más, se han ido deteriorando. Y eso tiene mucho que ver con la desconfianza que el poder supone, y con las propias intrigas que se viven con el control del liderazgo en Podemos. Hay una catarsis por así decirlo que se produce en un despacho entre Iglesias y Errejón; los dos discuten y hay un antes y un después de esas desconfianzas.

- Y que acaba con Errejón fuera del mapa...

-Bueno, tienen papeles distintos a los que tenían. Errejón sigue ocupando una esfera en la comunidad de Madrid y la aspiración que se supone que va a tener. Pero es cierto que era el número dos y ya no tiene ese papel. Y también es verdad que es alguien que construyó la organización en un tiempo en el que estaban necesitados de tejer una tela de araña a nivel de todo el Estado. Al final eso acaba con la figura de la gente de la confianza de Iglesias desplazada. El círculo más íntimo de Pablo Iglesias ha cambiado, donde antes estaban Bescansa, Errejón... aparecen Mayoral, Montero, Del Olmo..

- ¿Y por qué ha cambiado?

-Tiene mucho que ver con el poder, que es una golosina que supone un deterioro en las relaciones.

- ¿Tanto que puede acabar con las propias organizaciones?

-No tiene por qué. Las luchas de poder son consustanciales a la política. Y llama mucho la atención la cantidad de tiempo que dedicamos a hablar ellas, en detrimento de la gestión de los asuntos de la ciudadanía. Se ha hablado demasiado de estas intrigas. A veces sí deterioran el potencial de los partidos, aunque por lo general cuando tienes poder eres más impermeable a este tipo de cosas. El Rajoy que era tan cuestionado cuando no gobernaba ahora se siente más fuerte.

- Hablando de usted. ¿Qué proyectos televisivos tiene en mente?

-Estamos grabando "La Línea Roja", un programa de reportajes que ya está en marcha. He hecho un paréntesis para venir a la "Semana negra", pero estamos en plenas grabaciones.

- ¿Se arrepiente de algo en su carrera?

-Nadie es perfecto, yo intento aprender de los errores todos y cada uno de los días. Pero al mismo tiempo con la cabeza muy alta y teniendo muy claro que en esto del periodismo puedo decir con dignidad que no he engañado a nadie y que nunca he tenido la pretensión de decir cosas que no fueran ciertas, aunque a veces lo que dices duela. Estamos en un tiempo en el que parece que conviene un periodismo cada vez más domesticado.