Yujin Park recorrió los casi diez mil kilómetros que separan Seúl de Gijón con el único objetivo de aprender la esencia de la tonada asturiana. A sus 25 años, es tenor profesional en su país, Corea del Sur. Apenas sabe castellano, pero según afirma, su intención "es ir aprendiendo poco a poco". A este curioso artista le llama mucho la atención España, pero especialmente los diferentes estilos musicales que se cultivan dentro de sus fronteras. Aterrizó hace quince días en Gijón con la idea de ampliar su conocimiento musical y ayer pudo tener su primera toma de contacto con el folclore regional. Para ello se puso en contacto con el Ateneo Jovellanos, donde participó en una clase a cargo del tenor asturiano Joaquín Pixán, con más de cincuenta años de experiencia en la música. Para la primera lección, el músico asiático debía aprenderse una canción típica y empezar así su introducción en la tonada regional. "He venido aquí por mi ídolo: el maestro Joaquín Pixan y para mí es un gran placer y una gran sorpresa poder estar junto a él", confesó Park tras su encuentro con el cangués. El alumno destaca la técnica del artista asturiano, "del que espero poder aprender mucho durante este tiempo en Asturias".

La tonada asturiana despierta gran interés en Yujin Park: "Me gustaría mucho aprender en qué consiste la canción asturiana", apuntó. Para emprender esta pequeña aventura en España, Park cuenta con la colaboración de su tío, Jae-Sik Lim, también nacido en Corea pero con 35 años de residencia en Madrid y cuya dedicación también gira en torno a la música. Actualmente Lim trabaja como director y tenor para el Grupo Vocal y Orquesta "Millenium" y colabora para Radio Televisión Española. "Mi tío me ha ayudado mucho para estar hoy aquí y tengo que agradecérselo mucho", indicó Park. Llegó hace dos semanas y sus planes son quedarse quince días más aprendiendo tonada, de donde espera llevarse una experiencia inolvidable.

El próximo día 3 de agosto pondrá fin a su visita y regresará a su país. No sin pena después de un intenso mes de inmersión en la cultura asturiana. Para el joven Park no hay trayecto que la música no pueda superar. "Vengo desde lejos, pero creo que para aprender no hay fronteras", recalca. Park confía en que la música le pueda "acercar a esta cultura tan diferente". Queda demostrado que en la música y en el aprendizaje, como en el amor, no hay distancias.