El escritor Lorenzo Luengo (Madrid, 1974) atiende a LA NUEVA ESPAÑA recién llegado a Avilés. Presentó el viernes dentro de la programación del Festival Celsius 232 de literatura fantástica, de ciencia ficción y de terror su última novela: "El dios de nuestro siglo" (Seix Barral, 2017), una historia que empieza policial y se desarrolla por caminos de ensoñaciones.

- "El dios de nuestro siglo" no parece el título para un "thriller".

-Es que no es un "thriller" en sí. Empieza siendo una novela policiaca, pero abandona muy pronto ese camino para meterse por otros derroteros. Entiendo que los escritores lo que tenemos que hacer es buscar nuestro propio género.

- Según empieza, uno espera una historia clásica, con detective en primera persona.

-Hammett, Chandler, Simenon siempre van a hacia la acción, pero yo la dejo a un margen, pero no hago nada nuevo: la vida es lo que circunda a la experiencia que llamamos vida.

- La búsqueda, es cierto, tiene poca importancia.

-No se trata de encontrar la solución a un misterio. El misterio que oculta el libro es el de la propia vida.

- ¿Dónde conoció a Daniella, su detective?

-Daniella es el resultado de unir dos experiencias que sólo una mujer puede vivir: la desaparición de unos niños y la gestación de una vida. Lo que sucede es que el caso, la trama, tiene su eco en el niño que está por aparecer. Así que en la vida de Daniella colisionan el vacío de la pérdida y la presencia que está gestando. Así es cómo surgen todas la preguntas del oficio de vivir.

- ¿Y por qué América?

-América es un pretexto, una metáfora. Incluso para los americanos, América es una metáfora. Necesitaba referentes históricos que sólo sucedieron allí.

- Y a su policía la hace escritora.

-El escritor observa el mundo y el policía lo que pasa en ese mundo. Desconfío de esas historias donde se pasa la línea: detectives que relatan su propio caso. En "El dios de nuestro siglo", es cierto, hay un afán literario. La protagonista es licenciada en escritura creativa.

- ¿Y qué tiene entre manos ahora?

-De momento, sólo ideas que están en busca de la forma poética en que se tienen que desarrollar.