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Sin vacuna contra la rabia, no hay playa para los perros

El Colegio de Veterinarios elabora un protocolo para que los ayuntamientos exijan a los canes unos mínimos sanitarios

José Manuel Viétez, Víctor Viétez y Mariví Manrique, junto a la perra "Luna", cruce de American Stafford con Pitbull, en la rampa de acceso a la escalera 23 en Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Sí perros en las playas, pero con garantías sanitarias. El Colegio de Veterinarios de Asturias aspira a zanjar la eterna polémica entre propietarios de mascotas y vecinos mediante la elaboración de un protocolo de requisitos higiénicos. Uno de estos requerimientos es estar al corriente de la vacuna antirrábica, que pese a las recomendaciones de los profesionales, sigue sin ser obligatoria en la región. Sí lo será, en cambio, para acceder a las playas si los ayuntamientos deciden incorporar este novedoso documento en sus ordenanzas municipales. "No pretendemos entrar en la polémica; sólo queremos que no se ponga en riesgo la salud pública si entran canes en los arenales", asegura Armando Solís, presidente del colectivo.

El protocolo en cuestión será remetido a la Federación Asturiana de Concejos (FACC) con el fin de que los municipios lo apliquen. En él, además de la vacuna antirrábica, se solicita la vacuna trivalente o triple vírica -que protege contra el moquillo, la hepatitis y la leptospirosis- y tratamientos antiparasitarios internos y externos contra pulgas y garrapatas. Todo ello deberá estar acreditado por un veterinario mediante un certificado oficial, que una vez en la playa será el que solicite la Policía. Asimismo, el Colegio de Veterinarios pide en su protocolo de acceso a los arenales que los animales no manifiesten fiebre, depilaciones anormales, diarrea o señales de parasitación cutánea, entre otras, y que tengan el pasaporte y el microchip en regla.

El manual, basado en el de los perros guías, surgió a raíz de los convenios de colaboración y asesoramiento en bienestar animal y sanidad que el Colegio de Veterinarios cada vez firma con más ayuntamientos. "Veíamos que todos los veranos había polémica con las playas con perros, así que decidimos actuar. El año pasado no obtuvimos respuesta por parte de la Federación de Concejos y por eso, esta vez decidimos dar un paso más y crear este protocolo para dar una garantía sanitaria a los bañistas", comenta Armando Solís. Su asociación ya trabaja en otro protocolo, mucho más estricto que el de playas, para regular el acceso de canes en hospitales. "Somos conscientes de que el perro es un miembro más de la familia y ya hay hospitales en España, como el San Juan de Dios de Barcelona, que permiten su entrada", agrega.

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