"Un desfase con tremendo ambiente" y "el paraíso de los amantes de la música electrónica". Así definieron ayer dos cántabros el Aquasella 2017. Es el segundo año en que el evento musical se celebra en fechas diferentes a las del descenso internacional del Sella. Las miles de personas que se dieron cita a la orilla del río llegadas desde diferentes partes de España y de Europa se despedían ayer con varias horas de fiesta en el cuerpo, el recuerdo de un fin de semana inolvidable y el deseo de repetir experiencia.

Los madrileños Alex Reinares, Miriam Torres y Borja Sánchez reponían fuerzas tras tres intensos días de fiesta sin tregua mientras contemplaban la "After party" final. Reinares, todo un veterano del Aquasella, señaló que el evento pasa por su mejor momento. "Es el primer año que vengo y seguro que repetiré", dijo Miriam Torres.

Las también madrileñas María García y Carolina López recogían la tienda de campaña y los sacos de dormir camino del coche antes de iniciar el viaje de regreso a la capital de España. Con la de ayer García ha tomado parte en seis ediciones del Aquasella. "El ambiente es alucinante. Es lo mejor del Aquasella junto a la música, claro", señaló.

Las aglomeraciones y los exhaustivos controles llevados a cabo por la Guardia Civil durante los cuatro días del festival concluyeron con la detención de dos hombres y una mujer como consecuencia de un delito de tráfico de drogas. Varias pastillas de éxtasis, speed, además de hachís, cocaína o marihuana son las drogas que los agentes les incautaron.