"La inmunización adquirida es lo que pasa cuando compartís el mismo vaso de sidra entre amigos sanos. No temáis, os están pasando anticuerpos". Así comenzó ayer la cata de sidra celebrada en el Intercéltico de Avilés y dirigida por el gijonés José Antonio Norniella. Esta actividad, junto con la apertura de una muestra de arte en el Palacio de Valdecarzana, fueron ayer dos de los platos fuertes del festival, inaugurado por la mañana y que alargará su programación de conciertos en Las Meanas y pasacalles hasta el domingo, con más de un centenar de actuaciones de bandas folclóricas procedentes de Asturias, Galicia, Escocia, Irlanda, Gales y Bretaña.

Juan Luis Casas, miembro de la organización, fue el encargado de inaugurar ayer la exposición de Valdecarzana. La muestra se mantendrá abierta durante el resto de la semana en la planta baja del edificio y lleva por nombre "Mitotrilogía" al incluir una escultura, pinturas y la poemas, además de una colección de 24 fotografías en la segunda planta del doctor José Manuel Fernández Carreira. El Intercéltico se ha ganado ya un "prestigio de nivel europeo a prueba de bombas", según aseguró ayer Casas. Para mantenerlo, es necesario demostrar que el festival "no es solo música, sino también cultura". De ahí que, además de los más de 300 músicos programados para "dar guerra" en el centenar de actuaciones de esta semana, el Intercéltico "sitúa a Avilés en el mapa" como "un referente cultural" gracias a la colaboración de los artistas Samuel Armas y Favila, autores de la muestra pictórica y la escultura del trasgu de la exposición, respectivamente, así como los poetas Esther García, Alba Carballo, Francisco Priegue y Agustín Alonso por su donación de poemas.

La V Cata Intercéltica, por su parte, abandonó este año su tradición enológica para centrarse en la prueba de sidras asturianas, que contó con la presencia del gijonés José Antonio Norniella y que llenó el aforo del restaurante Casa Lin. "Recibimos muchísimas solicitudes, al ser la primera vez que la cata es de sidras y no de vinos, parece que la gente se ha animado más", explicó el enólogo. Otra de las novedades de la cata fue su acompañamiento con comidas típicas asturianas. "Hemos querido probar la armonización del producto con comida afines, para que los comensales puedan disfrutar, además del sabor de la sidra, su combinación con otros alimentos", apuntó. Ayer, los 41 comensales del local saborearon una sidra de hielo, dos naturales y una filtrada con un menú de salmorejo, lacón, queso y un postre de arroz con leche.

Uno de los consejos que más risas despertó en el llagar, además de las formas concretas para oler una copa o saborear un plato sin hacer demasiado el ridículo, fue el de que los comensales compartiesen vaso. El enólogo suscribe la opinión de "muchos doctores" que aseguran que, al compartir vaso de sidra, siempre que no haya ninguna "enfermedad fatal" de por medio, se disminuye el riesgo de infecciones. Es, según Norniella, la denominada "inmunización adquirida". Por ello, animó a los comensales a utilizar el mismo vaso entre amigos conocidos. "No temáis, os estáis pasando anticuerpos", aseguró.