El retumbe de sus tambores guió los pasos de los portugueses participantes en el Arcu Atlánticu -aunque sin cabezudos- a lo largo de unos metros del paseo de San Lorenzo para mostrar a los gijoneses cómo se divierten en el país luso.

"Los tambores y los bombos son muy importantes culturalmente en Portugal", declara Helder Rui Ferrera, responsable de un desfile ligado a la zona de exposiciones lusa, en el Campo Valdés, que despertó el interés de los viandantes."Me ha encantado, me parece una bonita unión de culturas: la española y la portuguesa", indica Elena Byrne, una irlandesa asturiana que se coló entre el público para disfrutar del espectáculo. La procesión de tambores precedió a la actuación de una joven cantante de fado.