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Los últimos de Pikachu

Pequeños grupos de asturianos cazadores de Pokémon aun se mantienen fieles al juego de realidad virtual que despertó una fiebre mundial hace ya un año

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Los últimos de Pikachu

Hace un año, una aplicación para móviles fue capaz de movilizar a decenas de millones de usuarios de todo el mundo y sacarlos a las calles para cazar seres virtuales con sus móviles. Ese fenómeno tiene un nombre: Pokémon Go. El juego de realidad aumentada concebido por Nintendo salió al mercado el 6 de julio de 2016 y se convirtió en la gallina de los huevos de oro de la compañía nipona. En pocos días, llegó a contar con más de 750 millones de jugadores activos, alzándose como la "app" con mayor crecimiento de la historia.

Hoy en día, la situación ha cambiado, pues los últimos datos sitúan en 65 millones el número total de usuarios mensuales. De todas formas, a pesar del descenso, aún se mantiene un alto porcentaje de fieles del que ya se ha convertido en un juego de culto planetario.

Uno de esos reductos deambulaba la tarde de ayer por el Parque de San Francisco de Oviedo. "Es un juego diferente que te permite interactuar con la gente", afirma José Francisco Prieto, uno de los integrantes del grupo. El joven acudía al encuentro portando tres móviles sobre su brazo para así participar con más posibilidades.

"Me iré a cenar, aunque volveré para seguir buscando hasta las dos (de la madrugada)", asegura Prieto, cuya afición es tan fuerte que ni siquiera el tener que despertar temprano e ir a trabajar le resulta un impedimento para disfrutar de sus noches de captura. "He llegado a encontrar 3.500 "pokémons" en una semana", dice. Todo ello aprovechando los ratos libres de los que dispone, en lo que considera "una manera de jugar diferente que requiere gran sacrificio".

El conjunto ovetense, heterogéneo está formado por una decena de usuarios de todas las edades y sexos que se conocieron en la calle con el único propósito de capturar "Pokémons" .

"Hubo un momento que parecía que estabas solo en esto, en especial durante el invierno", cuenta Alfonso Nieto, el más veterano del grupo. Pero ahora cree que "mucha gente que lo había desinstalado ha vuelto a jugar", impulsada por la convocatoria de eventos como el que hoy reunía al grupo. Nieto mostraba con orgullo el registro de su aplicación en la que se recogen los más de 5.000 kilómetros que recorrió caminando en el último año en busca de estos seres virtuales.

A su lado, Daniel López recuerda cómo llegó a traer a un amigo de Infiesto hasta el centro de Oviedo sólo para participar en una actividad que además considera saludable: "He perdido 25 kilos gracias a la aplicación", asegura.

Los "cazadores" de Oviedo contactan con otros aficionados a través de un grupo de WhatsApp con más de 250 contactos. Ayer se despedían sin dejar de mirar atentamente a sus móviles, esperando el siguiente "Pokémon" que cazar.

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