Un oro mundial, doce veces campeona de España y nada menos que veintidós victorias en el Descenso Internacional del Sella. Y la idea de volver a bajar un río que la vio crecer -"con cinco años, mi padre 'Carri' ya me llevaba al Descenso: me fascinaban el ambiente, los desfiles, la gente..."-, aún le produce "muchísimos nervios". Mara Santos (Palencia, 1969), premio "Valores del Sella" en 2016 por sus méritos en el Descenso, volverá a embarcarse este sábado en una piragua después de cinco años de parón. Lo hará acompañada del actual campeón de España Alberto Peiteado, en la categoría de K2 mixta.

- En 2012 anunció su retirada de la competición profesional. ¿Qué la ha hecho volver al Descenso?

-El presidente de Kayak Oviedo llamó a mi hermano para preguntarle si alguna chica del club palentino quería hacer un K2 mixto, pero, por diferentes motivos, ninguna podía. Siempre he estado muy unida al Kayak Oviedo, así que le dije a mi hermano: '¡Si necesitan alguien, para puntuar en Llovio valgo yo!'. Lo que no sabía era que remaría con Alberto Peiteado, pensaba que iría con otro senior de menor calibre. ¡Con Peiteado, pero si apenas he podido entrenar...! Estoy muy nerviosa porque me sabe mal no haber preparado bien la competición.

- Pero el que tuvo, retuvo.

-La ventaja que tengo es que soy muy polifacética y he estado corriendo y yendo al gimnasio; peso poco y tengo mucha resistencia a nivel cardiovascular. El sábado pasado estuve con Alberto en el Sella, bajamos el río y aún me acordaba de las corrientes y los pasos... Me gustaría quedar en una posición que permita puntuar.

- ¿Ha habido buena conexión entre los dos?

-Sí, Alberto está muy ilusionado y anda muy fuerte, lo malo es que vamos descompensados en peso. Yo competiré delante y él detras, y el barco va muy empopado... Aunque pasar las corrientes así es más sencillo. Si la canoa va más inclinada por alante, es más fácil que rompa la proa. Entonces todas las algas y la porquería del río se quedan atascadas.

- Más allá de los nervios por la competición, ¿qué sensaciones le despierta volver al Sella?

-Estoy muy animada ahora. Cuando mi madre falleció, caí en la rutina: que el Kayak Oviedo, que se volcó conmigo en su día, me permita competir de nuevo, me ha devuelto la ilusión. La idea de correr otra vez con alguien se ha convertido en una chispa que ha roto mi apatía, siempre entre el trabajo y casa últimamente...

- ¿Qué ingredientes tiene este Descenso para que esa "chispa" se haya vuelto a encender?

-El mismo himno de Asturias, cuando empieza a sonar, me provoca un vuelco al corazón y me despierta muchas ganas por participar. El estruendo de los barcos impactando unos con otros en las piedras, la gente desaforada en las orillas animando, los cláxones... En los deportes que no tienen un sustento económico, los atletas necesitamos el aliciente del cariño de la gente. En Asturias el piragüismo se vive de un modo muy especial. Allí me siento querida y protegida y eso es muy importante para mí, a nivel psicológico y afectivo.

- ¿En qué ha cambiado Mara Santos desde que empezó a competir hasta hoy?

-Cuando gané mi primera competición tenía 16 años y era cadete. Tenía una ventaja respecto a las demás rivales porque tenía muchísima estabilidad. Cuando me envestían las embarcaciones, no caía y, si lo hacía, volvía a saltar a la canoa con gran habilidad. A medida que fui desarrollando mis aptitudes físicas y técnicas, fui ganando fuerza. En años posteriores me hice con el récord porque ya era una deportista asentada en cuanto a desarrollo físico.

- ¿Cuál es la clave para ganar tantas medallas?

-En parejas mixtas, es muy importante la salida porque se sale desde muy atrás. En el caso del Sella, no tener ningún percance hasta Toraño da una ventaja enorme. Las C2 son las embarcaciones que más respeto me dan porque son las que más veces me han volcado. Los piragüistas suelen sacar la pierna de apoyo e impulsarse metiéndola en tu barco, o te ponen la pala en el pecho para impulsarse.

- ¿No le parece mal que se valgan de esos trucos?

-No, porque son actuaciones de fuerza mayor, artimañas para salir airosos cuando está atorada la salida. Yo, en K2, ni siquiera soy rival para ellos, así que no lo hacen con maldad. Mi hermano, cuando competía en C2, era mi primer rival en el río porque las canoas salen muy rápidas.

- ¿Le preocupa la metereología de cara al torneo de este sábado?

-Para nada. Los climas extremos son los que más me benefician por mi capacidad termorreguladora, pero me amoldo a todas las temperaturas. Tampoco me afecta si hay o no agua. Para mí no hay excusas. Solo el entrenar me preocupa. O tener alguna lesión, pero, como no he entrenado mucho, no arrastro ninguna. ¡Es la única ventaja!