Desde Italia, Vinicio Capossela trajo ayer a la Semana Grande gijonesa una mezcla de influencias de folclore griego, jazz, pop, rock, y hasta rancheras. Entre un gorro enorme de plumas y una barba abundante que apenas permitía la visión de su cara, Capossela saludó al público con un "Buonasera" para acto seguido entonar una primera canción, dedicada "a los burros". Sobre el escenario le acompañaron cinco músicos más a cargo de diferentes instrumentos como la guitarra eléctrica, la batería, el violín, o un violonchelo, entre otros muchos que fueron alternando a lo largo de la noche. Otra de las sorpresas, fue la presencia de dos mariachis que amenizaron las rancheras del cantautor.

Versionó y mezcló diferentes estilos, en una ristra de las canciones variadas y diferentes que presenta en su último disco "Canzione della culpa". "Un disco muy rural y agrícola", explicó el músico a su público, que está basado en las leyendas e historias populares de su país, Italia. Ejemplo de ello es una de las composiciones que ayer se pudo oír, inspirada en "un pueblo donde vive mi familia al sur de Italia".

El concierto no empezó a la hora porque el artista se estaba preparado. Un motivo supuestamente de estética que, entre bromas, uno de los integrantes de la banda calificó como el problema de la tardanza: "Vinicio se está acabando de poner bien el moño, y eso lleva un tiempo". Al principio tuvo un público poco concurrido, pero todo aquel que pasaba merodeando por la plaza se acabó quedando a escucharle. "Es una experiencia a repetir, estábamos dando una vuelta por la zona y nos hemos quedado a verlo por lo singular y divertido que es. Sus canciones trasmiten muy buen rollo. Está un poco loco", contaba Magdalena Martín una granadina fascinada por " la cantidad de conciertos y actuaciones callejeras que hay " y que está pasando una semana de vacaciones con su familia en la ciudad. Se encontraba acompañada de sus hijos que no paraban de bailar al son de la música del artista. "Es imposible estarse quieto, te invita a bailar con sus canciones, explicó Martín.

A pesar de que el orbayu no cesó, tampoco lo hizo su público, durante el transcurso de la actuación la plaza tenía numerosos corrillos de amigos y familias bailando, que vitorearon y laurearon al cantautor al terminar cada melodía. Inspirado por "un grupo folclórico que he visto esta tarde" Vinicio entonó a capela acompañado por los coros de los otros artistas uno de sus temas tradicionales. "Me encanta la alegría que despierta y lo gracioso que es sobre el escenario. Vi la agenda de programación de conciertos, le busqué en Youtube y me llamó la atención tanto que decidí venir a verle", relataba Ignacio González, un cantautor de pop-rock gijonés.