El Botánico gijonés siempre fue jardín de cuento. Pero ese cuento se llenaba ayer de castillos, dragones, princesas y brujas gracias a la magia de David Acera y la imaginación de los pequeños citados en el "Bosque de los niños". Magia e imaginación para darle la vuelta a la tortilla de los cuentos clásicos y encontrarse con que nada, y nadie, tiene que cargar toda la vida con el mismo personaje.

Los pequeños tuvieron la oportunidad de pasar una tarde de Semana Grande entre cuentos. Y los mayores de ver a Lola Herrera sobre las tablas del Jovellanos con "La velocidad del otoño", donde comparte cartel con Juanjo Artero. Aunque antes de pasar por el teatro se pasó, junto a su hija Natalia Dicenta, por Casa Ataulfo.