David Hooper es todo un personaje: hace sesenta y dos años nació en Texas y ahora vive en Murcia. "El amor me llevo allí", explica. Entre Houston -donde el problema espacial- y Murcia dista medio mundo, el que recorrió el músico norteamericano que abrió ayer la jornada de despedida de La Grapa Black Music Festival, un encuentro melódico que lleva tres años buscando su ubicación y que, pese a todo, se ha convertido en el punto de referencia de toda la afición al jazz, al soul y a todos los demás ritmos negros.

"A los tres años decidí que quería ser músico. Prefería escuchar a mis padres, músicos de gospel, a dormir", aseguró el norteamericano minutos antes de subir al escenario y probar música, en el "backstage" de una fiesta cuyos organizadores no dejaron de mirar al cielo y a las aplicaciones móviles. "Que descargue ya, que nos deje la noche para la fiesta", pedía Dani Allman, una de las almas del festival (la otra es Víctor Velasco), que de almas se llenó la noche otoñal que hizo ayer en Avilés. Que los veranos asturianos son los más singulares de todo. "Dicen que a los sesenta ya has aprendido todo; eso no es verdad, empiezo ahora a tocar distinto", confesó el músico tejano. "Me marché a Los Ángeles porque allí había muchas más oportunidades que en Houston", cuenta. "Siempre estoy aprendiendo", subraya. Hooper se ha ganado la vida como banda fija de sala de fiestas. "Se suponía que tenía que hacer versiones de soul, pero siempre les apliqué mi toque particular. No me gusta repetirme", celebra. Así estuvo en Hong Kong durante cinco meses y medio: orquesta de un hotel de lujo. "Luego nos llamaron para trabajar en la manga y allí conocí a mi mujer y surgió el amoooor", responde alargando la última sílaba y haciéndola canción.

"Lo que me encanta es esta vida, esto de ir corriendo del hotel al escenario", cuenta David Hooper, que llega cargando con el traje y la guitarra al parque del Muelle, la tercera ubicación de un encuentro musical que nació a la sombra del puente de acero sobre las vías del ferrocarril, y que, desde entonces, ha conocido otra ubicación: el año pasado, la plaza de Carlos Lobo. Así que una grapa movible, una fiesta completa para el primer fin de semana de un mes de fiesta en Avilés.

David Hooper fue también el encargado de presentar el festival en su primera jornada y también anoche. Él y el baterista Alejandro Torrente fueron los encargados de calentar a un público que quería escuchar a "Ogun Afrobeat", a Marta Ren y a "The Groovelvets" y también a Lisa & "The Lips".

La lluvia fastidió la primera noche y, sobremanera, la actuación de "Speedometer", la banda cabeza de cartel. Había orvallado durante la primera jornada y hasta poco antes de que Hooper saliera a escena lo había seguido haciendo. El americano prepara su segundo disco. "El año que viene lo tendré". Con mucha alma.