Como remate, la banda de gaitas "Villa de Xixón", hizo sonar sus instrumentos en una exhibición que en pocos minutos afinó el oído de los allí presentes, y que dejó ganas de más. Deseos que se cumplieron minutos más tarde con la danza prima que hizo que gijoneses y visitantes danzaran juntos en un símbolo de unidad. La puya'l ramu, por su parte, despertó la rivalidad sana de los intrépidos pujadores que trataron de conseguir la mejor oferta. Y entre puja y puja, se consiguieron recaudar 500 euros con la venta de roscas, que se destinarán a la Asociación Gijonesa de Caridad para su Cocina Económica.

Quien no quiso faltar a la cita fue Víctor Manuel García. Un clásico que con su "Gijón del alma" hizo que los allí presentes volvieran a encontrar en la música la emoción y el cariño por una tierra. La comida también tuvo su protagonismo en la jornada Los diferentes grupos de gaiteros y romeros aparcaron las gaitas y expusieron sus manjares para competir por el premio a la mayor representación de comida de prau. Entre tortillas y empanadas, lograron alzarse con el triunfo el grupo "Alejandro y Mauro", seguidos de "Los Playinos", y en tercer lugar "Excelsior", quienes consiguieron varias entradas para el teatro Jovellanos.

Esta jira es una tradición que perdura con los años y que traspasa generaciones: "La más pequeña de la banda tiene ocho meses de edad", cuenta Laura Fernández, del grupo de música y baile tradicional "Excelsior", quien asegura que los niños "maman este día desde bebés". Tanto que algunos grupos tienen su propia escuela para las futuras promesas como es el caso de Ángel Encinar y su Grupo Folclórico "Trebeyu", quien además afirma "que días como estos son muy buenos para el turismo de la ciudad". No obstante, hay quien considera que la publicidad de la jira por la ciudad es "algo precaria". "El ambiente es muy bueno pero el fallo es que no hay carteles que promocionen este evento como se hace con otros muchos de los que se celebran en Gijón", lamenta Laura Arredondos, del grupo de Coros y Danza del Jovellanos.

Al final, entre gaitas y tortillas se pasó la velada de ayer, donde el sol brillo para dar luz a la tierra gijonesa en el día de toda Asturias.