Cuando Noah Hecht coge con su menudo brazo izquierdo el tablón de surf parece que se le va a escurrir de las manos. Pero este pequeño de 13 años está desafiando todas las leyes de la física. Tímido fuera del agua, dentro se desenvuelve con la excelencia con la que Beethoven compuso sus sinfonías. Los que le conocen afirman que no hay mayor talento en Asturias que este chaval dentro del surf. Además, su melena rubio platino le hace inconfundible en el mundo surfero. Tiene el aspecto típico que muestran las postales en las que surfistas australianos realizan trucos en el agua para su propio disfrute y el deleite de las personas que lo siguen.

Este pequeño castrillonense de padre escocés y madre asturiana confiesa que tiene bastante experiencia en el surf a pesar de su juventud. "Empecé a aficionarme a la tabla cuando tenía cuatro años. En aquel momento mi padre se había apuntado a un cursillo de surf, pero no le gustó. En cambio yo he seguido hasta el día de hoy", señala Hecht. El progenitor del joven surfista, Anthony Hecht, asegura que antes de ese primer cursillo que cambió el rumbo del pequeño, su familia no sabía nada sobre este deporte. "Creíamos que Kally Slater era el único surfista que había en el mundo", comenta. Ahora las cosas han cambiado. "Desde que mi hijo hace surf, vamos con él a todas las competiciones y tenemos gran conociemiento del mundo del surf", dice Anthony Hecht.

El futuro de Noah Hecht resulta prometedor. Esta temporada en la categoría sub-14 ya ha ganado un campeonato en el País Vasco y varios subcampeonatos en competiciones diferentes competiciones nacionales. "Es sorprendente hacer a su edad las virguerías que él traza sobre el agua. Entrena mucho para hacerlo y es una vida muy dura la que lleva tan joven", señala su madre, Cristina Suárez. Las firmas se lo rifan. A su corta edad ya cuenta con más de cuatro patrocinadores. Estas marcas le proporcionan una ayuda económica muy grande a su familia, que reconocen el surf como uno de los deportes más caros. "Tienes que pagar viajes o competiciones deportivas que valen mucho dinero. Las marcas nos ayudan mucho a conseguir el objetivo de que Noah sea profesional", dice Cristina Suárez.

La mayoría de bañistas de la playa de Salinas conocen a Noah Hecht según señalan sus progenitores. Este pequeño se pasa los días entrenando en el agua de la playa de Salinas. "Entreno todos los días del año muchas horas, sobre todo en verano que hay más luz. En invierno suelo estar tres horas en el agua; es muy duro", señala el joven avilesino.

Los padres del pequeño afirman que compaginar el deporte al más alto nivel y los estudios es una tarea complicada. "Cada poco estamos encima de él para que estudie pero nos cuesta mucho. El surf es su pasión y desde pequeño su sueño es ser profesional y los sueños hay que perseguirlos", finaliza Cristina Suárez.