Los toros en El Bibio no solo dos horas de capotazos y derechazos. Los aficionados taurinos disfrutan de forma intensa la semana de Begoña ya desde por la mañana. Viendo a los toros en los corrales, el sorteo, las charlas con los amigos y conocidos sobre la tarde del día anterior y aprovechando para hacerse fotos en el ruedo de una plaza tan de retrato como es la de Gijón. También para hablar con los profesionales e incluso, como ocurrió ayer, para disfrutar del entrenamiento de Francisco Rivera Ordóñez que toreó de salón y practicó con el carretón en el ruedo.

"Paquirri", como así se anuncia en los carteles desde hace varias temporadas, llegó el día anterior a Gijón para disfrutar de la ciudad y su gastronomía gracias a que su agenda taurina de festejos se lo permitió. Optó por madrugar el día de Begoña para ir a entrenar a la plaza de toros. Cuando entró, sorprendió a los aficionados que se encontraban allí. Se fue al ruedo acompañado por sus hombres de confianza. Cogió la muleta y se puso a torear de salón en el ruedo ante la mirada de varios aficionados y visitantes. Fue como una corrida de toros improvisada, pero en petit comité, con el público aplaudiendo y jaleando al torero.

Francisco Rivera, al que todo el mundo grababa con su teléfono móvil, tomó un estoque simulado para entrenar con el carretón, es decir, una carretilla a la que colocan un saco de paja y unos pitones para simular al toro y así practicar el uso de la espada. Ejecutó la suerte suprema en varias ocasiones aunque, a raíz de cómo se desarrolló luego su actuación, fueron pocas. Tras el entrenamiento, que duró unos veinte minutos, no dudó en posar para fotografiarse con todos los aficionados que aguardaron que acabase su entrenamiento. También le desearon suerte para la tarde, aunque le fue esquiva.

Esta actuación no es la primera vez que sucede. Francisco Rivera suele practicar antes de cada festejo en Gijón, alguna otra vez ocurrió en la plaza y en otra ocasión cruzó del hotel al parque Isabel La Católica. Entre los árboles se sintió torero en más de una ocasión. Ahora, si vuelve a Asturias, no será con la responsabilidad de vestirse de luces. La de ayer fue su última tarde en El Bibio por lo que se le tributó una cariñosa ovación de despedida. Palmas que tocaron, entre otros, Esperanza Aguirre y Carmen Moriyón.