La plaza avilesina de Carlos Lobo parecía ayer un portal de regreso en el tiempo. El club de aficionados a las scooters clásicas "Liadas" organizó ayer su séptima ruta en grupo por la comarca y congregó este año a más de 90 conductores.

La aventura de dos ruedas comenzó en El Espartal de Salinas. Allí, el club de aficionados "Espíritu Santo", de San Esteban y Muros de Nalón, se avalanzaron sobre las scooters más cercanas al atisvar la primera cámara. "A ver, estas no son las nuestras, pero en la foto van a parecer todas iguales", reconocieron. Su presidente, Juan José López, después de explicar "las grandes ventajas" de comprarse una Lambretta, defendió el arte de rugir los motores. "Esto de las scooters mueve montañas. Los nuevos que vengan hoy de ruta van a flipar", sentenció.

El viaje, que según sus organizadores se saldó sin incidentes, llegó al inicio de la tarde a su meta de llegada: la plaza de Carlos Lobo. Después de un "necesario tentempié", los conductores aparcaron todos los vehículos juntos en la plaza, donde los mantuvieron expuestos durante el resto de la tarde. Una vez fuera de carretera, el club repartió cervezas artesanas entre los asistentes y entregó sus galardones "Liadas". Este año, el encargado de repartir los premios fue el hijo de uno de los socios del club. "Hemos premiado dos scooters antiguas con sidecar, a un chaval que congenia muy bien con nuestro rollo liante y a un fotógrafo que nos hace mucha gracia", explicó Javier Pérez, uno de los organizadores. "El año que viene repetiremos, seguro. ¡Éxito rotundo!",exclamó.