"La innovadora fusión entre el turismo rural y la riqueza de la gastronomía asturiana, junto con el aprendizaje del idioma, hace que esta experiencia sea única en España", asegura Paula del Estal, social fundadora de la empresa "English Getaway" y del proyecto "The Getaway", una innovadora "escapada" de inmersión lingüística de seis días de duración que tendrá lugar, por segundo año consecutivo, en el idílico Palacio de Rubianes (Piloña) a partir del próximo 27 de agosto.
"Este valle donde reina el silencio y la naturaleza es el lugar perfecto para disfrutar de una inmersión total", afirmaba Del Estal. Para poder participar de esta experiencia que promete, en algunos casos, que los participantes terminen "soñando en inglés", solo es necesario tener más de dieciocho años, poder acreditar un nivel B1 y muchas ganas de aprender.
Después del éxito del año anterior, "The Getaway" decidió repetir este año y lo hizo llegando a veinticuatro participantes, el cupo máximo de la actividad que pretende ser una escapada internacional "sin salir de España".
¿Cómo? Por cada participante español, debe haber un angloparlante. Así, este año, se han presentado 12 españoles de diferentes provincias como Cataluña y el País Vasco y 12 angloparlantes provenientes de Estados Unidos, Canadá o Inglaterra. "Es un cambio de culturas total. Para los españoles, es la inmersión en el inglés a través de la conversación; para los angloparlantes es la inmersión en la cultura española y asturiana a través de sus gentes", afirma Paula del Estal.
La fundadora cuenta cómo este atípico campamento de inglés para adultos no solo nace con el objetivo de ayudar a mejorar el inglés de los participantes en un ambiente intercultural, sino a solucionar uno de los mayores problemas para los españoles cuando quieren aprender inglés: la falta de confianza. "Muchos tienen ya títulos y conocimientos, pero miedo a hablar y eso dificulta el aprendizaje real". Por ello, a través del método que se fomenta en el curso, se pretende ayudar a los participantes a vencer esa barrera del ridículo a la hora de hablar en inglés, a mejorar su fluidez comunicativa y a que se vayan del programa con la satisfacción de poder entender a angloparlantes con acentos muy diferentes.
Más de 75 horas de conversación one to one -conversación entre dos personas-, "group challenges" -grupos en los que se plantean retos entre ellos-, presentaciones, conferencias y demás actividades se traducen en una rápida mejora de la comprensión en inglés y de la fluidez en la conversación provocando que los alumnos empiecen a pensar directamente en inglés, eliminando las traducciones mentales. "El aprendizaje es palpable al final del curso. Además al segundo día ya todos se hacen amigos, se toman alguna copa por la noche y terminan siendo casi 24 horas hablando en inglés", cuenta Paula del Estal.
"Es realmente maravilloso brindar la oportunidad de practicar inglés, sin necesidad de ir al extranjero y con angloparlantes de todo el mundo. Además de la propia experiencia cultural y vital que supone un programa de inmersión de estas características", concluye Del Estal.
