Genética manda. Santi Martínez, de 21 años, ganó ayer por primera vez la cucaña de las fiestas de San Roque de Lastres. Era la séptima vez consecutiva que un miembro de la familia de los "Chicaguinos" se impone en una prueba que congrega en el puerto a cientos de personas. Pero es que otro miembro del clan, Rafa Menéndez Braña, ganó en sus tiempos ocho veces la competición. Y hay cantera: otro "Chicaguín", Adrián Trelles, de 9 años, no quiere más que cumplir 16 para participar en la cucaña. Es la edad mínima y requiere además permiso paterno o materno.

Después de cien intentos de los 44 participantes, Santi Martínez, en su tercera tentativa, logró coger el ramu de lloréu (laurel) tras recorrer corriendo toda la cucaña, de 13 metros de longitud y debidamente engrasada por dos veteranos pescadores, Enrique Roza Montoto, "Pistón", y Belarmino Llera Victorero, "Carriles". El primero suma ya 40 años engrasando el palo, antes con sebo, y, "desde que las carnicerías no lo regalan", con grasa para automóviles. Ninguno de los dos pasó nunca la cucaña: "es muy peligroso", resaltó Pistón. Santi Martínez comentaba justo antes de que comenzara la cucaña su "ilusión" por llevarse el ramu. Participa "por tradición" y "por pasarlo bien". Junto a él, un toledano de Illescas, Fernando López, y dos madrileños, Daniel Serrano, de Alcorcón, y David González, que vive justo al lado del nuevo estadio del Atlético de Madrid, en La Peineta.

Un primo del ganador, que a su vez ya venció tres veces consecutivas, Sergio Covelo, señalaba que las "claves" para ganar son "no tener miedo", "correr mucho" y "no achicarse con los golpes, ni con el dolor. Gana el que menos miedo tenga", añadió. Fue uno de los más aplaudidos de la tarde. Y estuvo por dos veces muy cerca de hacerse con el deseado ramu. ¿Por qué eso de los "Chicaguinos"? Porque un bisabuelo de Sergio tenía una lancha de nombre "Chicago", y a su hijo le quedó ese apodo. Así que los descendientes del abuelo son los "Chicaguinos". Y ellos, orgullosos.

Este año participaron dos mujeres: una gijonesa de nombre Pilar, y la californiana Alejandra Tena, que puso "la nota internacional", como señaló la maestra de ceremonias, Ana Sánchez Margolles.

Tras coger el ramu de la cucaña, Santi Martínez fue felicitado en el agua por sus compañeros y él manifestó su euforia. "¡Ilusión a tope!", acertó a exclamar, antes de avanzar que los 200 euros del premio con toda seguridad no llegarían a hoy.