Muchas puntadas y mucha tela que cortar. Eso es lo que le queda a la moda asturiana, a tenor de lo visto en la gala de entrega de los premios de la asociación Adymo, el pasado jueves en Oviedo. Las estrellas de la noche fueron Enrique Loewe -galardonado por su trayectoria-; Josechu Santana, premiado como modista del año; Ángel Schelesser, por su vinculación con Asturias, y la revista «Glamour».

Enrique Loewe repartió amabilidad y sonrisas. El representante de la cuarta generación de la saga de origen alemán, que trajo el lujo de la piel a España, no dejó de alabar el buen gusto que se detecta en la ciudad. A él se le ocurrió crear la línea masculina de la marca.

Le emocionó un premio ovetense, tan ovetense como la princesa Letizia, que suele llevar complementos Loewe a menudo. Si él estaba contento, Josechu Santana se mostró absolutamente feliz al recibir la escultura diseñada por Favila de manos de Julio Zapico, director general de Comercio del Gobierno de Asturias; Pedro Rodríguez, director general de la Cámara de Comercio de Oviedo; Alberto González, secretario general de FADE, y la diseñadora Ilka Silveira, que le ha hecho algún que otro traje a Eva Longoria. Santana anunció que prepara una segunda línea de novias y fiesta, manteniendo el espíritu de la casa pero utilizando materias más asequibles. Son las cosas de la crisis. Teresa Laso, presidenta de Adymo, disculpó la ausencia de Schelesser -el favorito de la Infanta Elena-. Recogió el premio en su nombre el director comercial de la firma, Adnan Núñez, al que acompañaba la directora de la tienda ovetense. Los representantes de la moda asturiana, entre ellos Cecilia Sanchís, Marta Junco, Pedro Álvarez, Casimiro Fernández y Xabi Candás, demostraron que están en forma. Ilusión no les falta.

Los «tradicional trendy» neoyorquinos tienen libro de cabecera para estas Navidades. Se trata de «Villa», donde John Saladino, especialista en reinventar el Renacimiento en espacios del siglo XXI, explica su idea de una casa. El libro incluye un DVD que recorre su mansión de fin de semana, un caserón en la costa de Santa Bárbara, en California.

Los que detestan viajar cargados de equipaje entenderán perfectamente lo que significa llevar un portátil de poco más de un kilo. Tras el éxito del Asus, muchos fabricantes han decidido seguir los pasos de la empresa taiwanesa y lanzar sus propios modelos. Acer propone un auténtico capricho para simplificar el equipaje navideño. Los nuevos notebooks ofrecen casi las mismas prestaciones que un portátil convencional y resultan mucho más prácticos para escribir o conectarse desde cualquier lugar, en tierra o en las alturas. Entre los «contras» no es menos cierto que las pantallas y el teclado son más reducidos. A cambio, se gana espacio. Precio: a partir de 200 euros.