Belén Vega Lastra, gijonesa de pura cepa y residente «de toda la vida» en el barrio de Cimadevilla, en Gijón, aconseja, y con buen tino, en estos días de frío, lluvia, viento y temporales varios, conocer en diciembre y más a fondo los lugares con más sabor y más solera de las ciudades donde viven aquellos que tanto gustan de rutear por la naturaleza asturiana cuando la climatología es más amable. Artesana del telar desde hace 17 años, técnica en la que se inició de manos de su hermana Ana, regenta en el que fuera antiguo barrio de pescadores el taller escuela Nezcla.

Tapices y calcetines, pantallas de lámparas y bufandas, gorros y guantes se mezclan en su local, llenando de calidez y de alegría un invierno que, en cuanto a temperaturas, parece no querer llegar. Ella, cuya primera obra fue un tapiz que representaba un bosque y cuyo color favorito es el verde, cree que en un telar, tanto de alto como de bajo lizo, todo es posible siempre y cuando exista creatividad, cualidad que reconoce en sus alumnas, pues desde 1990 da clases de telar en el local de Cimadevilla. Entre sus tapices más reconocidos se encuentran el que refleja la playa de San Lorenzo y la iglesia de San Pedro, así como otro que recoge una imagen de la cuesta del Cholo. En la actualidad esta mujer, que igualmente realiza esculturas con la técnica del telar, está realizando un tapiz de la calle Cimadevilla de Oviedo.

Ella, cuyo rincón favorito del barrio es la plaza de la Corrada, recomienda al viajero callejear Cimadevilla de día y disfrutar, entre otros lugares, de la iglesia de San Pedro, al fondo del Campo Valdés, y no perderse las Termas Romanas. La antigua fábrica de tabacos, así como el Museo Casa Natal de Jovellanos son visitas imprescindibles. La capilla de los Remedios alberga el sepulcro del insigne prócer gijonés. La torre del Reloj anuncia el Campu les Monxes o también plaza de Arturo Arias, popular periodista gijonés, siendo este uno de los lugares más pintorescos de Cimadevilla y donde llaman la atención dos casas muy marineras. También hay casas típicas en la calle del Rosario. Tras bajar a la izquierda, y aún quedando mucho por ver, se llega finalmente a la plaza de la Corrada, ya digo, el rincón favorito de esta artesana gijonesa.