Siempre es un buen momento para volver a Quirós. Nunca se terminan de conocer todos sus rincones, cada cual con su personalidad propia y teniendo como nexo común un paisaje de belleza excepcional. Forma parte de la conocida como Senda del Oso, que comparte con los concejos de Santo Adriano, Proaza y Teverga. Está surcado por rutas y caminos que conducen a pueblos con encanto, como es Bermiego, con sus dos famosos árboles: el texu y el carbayu. Por él discurren ríos que atraviesan bosques y praderías, agua que se frena, por ejemplo, en Valdemurio y convierte el embalse en un lugar de parada obligada para ver cómo, en su superficie, se reflejan el paisaje quirosano y su montaña, en algunas de cuyas paredes se aprende y se practica la escalada.

En el pueblo de Santa Marina se encuentra el bar-tienda El Rubio, que conserva la historia y el apodo por el que se conocía a un quirosano, José Blanco García, que lo abrió allá por 1947 y quien, durante muchos años, y sobre todo en los difíciles tiempos de la posguerra, ayudó a aquellos vecinos que no le podían pagar fiándoles lo que necesitaban, apuntándoles en una libreta lo que se llevaban, para que «pagasen cuando pudieran». Muy querido en todo el concejo, convirtió su tienda-bar en la más famosa del concejo. Tras cerrar en los 80, hoy se le sigue recordando en el mismo local -en una de cuyas paredes hay colgada una foto suya-, gracias a la acogedora y atrayente rehabilitación que de este lugar hizo quien hoy es su titular, Almudena Campo. Ella fue quien lo reabrió en 2008. Al frente de la cocina está, desde hace algo más de tres años, el cocinero Felipe Guindos, con una dilatada trayectoria profesional de la queda patente su huella en diferentes establecimientos de la región.

Paredes de piedra, techo con vigas de madera, ventanas pintadas de un fuerte azulón, luces indirectas y cálidas y, sobre todo, ricos olores que salen de esa cocina en la que Guindos combina, con sabiduría, tradición y modernidad e invitan en seguida a sentarse a la mesa y disfrutar de algunos de sus platos, como el guiso de jabalí, huevos rotos con ibérico y foie, el pulpo braseado, la milhoja de tomate y queso de cabra, el arroz con caza mayor y setas, el lacón con cachelos o su lomo bajo de vaca. Hay fabada, pote y pescados en temporada y también caza, que trabajan mucho: rebeco, venado, corzo y jabalí. Entre los postres, el bombón Sacher, tarta de la abuela, el arroz con leche o la pumarada con requesón. En fin de semana tiene un menú de degustación con tortos de maíz con morcilla asturiana y manzana, fabas con caza mayor y, de tercero, a elegir estofado de jabalí o lubina a la plancha, incluyéndose bebida, postre y pan. El Rubio, que ya no funciona como tienda, cierra los lunes por descanso, y todo el mes de febrero, a partir del día 3, por vacaciones.