Gastronomía de altos vuelos con dos paradas en tan sólo cuatro kilómetros. Una concentración que muchos señalan como de las pocas en Europa y que coloca al concejo de Parres como toda una referencia culinaria gracias al trabajo de los cocineros Nacho Manzano y José Antonio Campoviejo, que a través de sus restaurantes Casa Marcial y El Corral del Indianu reúnen tres estrellas de la Guía Michelin en un concejo cuya capital apenas supera los 3.000 habitantes.

Ambos optan por atribuir a la casualidad la alta concentración de estrellas en un pequeño territorio. Sin embargo, tan sólo se necesitan unos minutos oyéndoles hablar acerca de sus secretos y metodología de trabajo para entrever la que a buen seguro es una de las principales claves de su éxito: la calidad de las materias primas de Asturias.

Este factor es claramente destacado por Campoviejo, el cual admite que los productos regionales son el eje de la oferta de su restaurante situado en Arriondas, El Corral del Indianu, el cual cuenta con una estrella Michelin desde el año 1999. El cocinero tiene claro cuál es el objetivo de su trabajo. «Lo que buscamos es emocionar a los clientes a través de los sabores», indica un Campoviejo que asegura haber visto gemir de placer a alguno de sus comensales tras probar su cocina.

Un cometido para el cual este profesional nacido en Cangas de Onís pero afincado en Parres tiene claro a qué recurrir. «Queremos productos ecológicos y orgánicos, porque son los que nos provocan recuerdos de una etapa tan feliz como la infancia», señala. Y pone como ejemplo los corderos xaldos criados únicamente con los pastos del pequeño pueblo de Bodes o las fresas ecológicas de Corao. «Tenemos muy claro que sin la red de proveedores de calidad asegurada con la que contamos no serviría de nada todo el trabajo que hacemos en la cocina», declara.

Al mediodía de cada jornada Campoviejo recibe en su cocina pescado recién capturado procedente de Navia, que llega a Arriondas tras recorrer hora y media por carretera.

En la misma línea se mueve Nacho Manzano, que, tras obtener su primera estrella, curiosamente también en el año 1999, y una segunda en 2009, continúa siendo fiel a los productos que durante generaciones hicieron popular al restaurante inaugurado por su abuela en la localidad de La Salgar bajo el nombre de Casa Herminia, ahora denominado «Casa Marcial». «El pitu de caleya, el cabrito, la ternera asturiana, les llámpares y los oricios siempre están presentes en nuestros platos», declara. El cocinero siempre tiene los ojos puestos en los mejores puertos, ganaderías y huertas de la región, sabedor de que el producto es determinante para una buena cocina, cuyos secretos, asegura, sólo pueden ser desvelados con trabajo. «Nuestra obsesión e ilusión es ser cada vez mejores, y para ello necesitamos trabajar incansablemente», sostiene.

Aspectos todos estos que cree se ven recompensados con dos estrellas Michelin, que junto con la de Campoviejo hacen de Parres un concejo privilegiado y muy estrellado, en sentido positivo, claro está. «Es una satisfacción que haya gente que conoce Parres porque vienen a comer a tu restaurante», asegura Manzano.