Llegado el invierno, y tras haber caleyado largamente sintiendo el aire frío en la cara o con un inicio de mojadura en el calzado por falta de previsión, no hay nada más gratificante que entrar en un local acogedor y cálido, escuchar el crepitar de la leña en el fuego de la chimenea y percibir ese olorín a pote o a fabada que llega desde la cocina. ¡Qué momento tan feliz! Éste es el tipo de experiencia que se vive cuando, desde Infiesto y tomando la carretera que conduce a Campo de Caso, se coge a la izquierda el desvío al pueblo de Tozu, apenas entrados unos pocos kilómetros en tierras casinas.

A lo largo de tres sinuosos aunque bien asfaltados kilómetros, por una estrecha carretera sembrada de hojas y un horizonte que invita a conocerlo, el premio es Tozu, un pueblín encantador, rodeado de montañas. Allí Ana Sáez y su hija Sandra Fernández han reabierto un local con encanto, un barín de los de siempre donde la madera reina en todas las esquinas y en el que sorprenden la disposición de sus mesas, redondas y que antaño fueron ruedas de carro y cuyos pies son viejos troncos de árboles. La capacidad es para unas 26 personas. El toque invernal acogedor lo pone su encendida chimenea siempre a punto.

Aunque en la carretera el bar que figura en el indicador dice La Braña, ese local es el actual Tozu, de hecho se ve perfectamente el indicador de bar al llegar al pueblo. Allí se puede comer, y entre otras cosas, verdinas con pulpo; el "cachopón" que, como matiza la cocinera, "lleva mucho relleno, ye curiosín", el cordero guisado al horno (por encargo), el bacalao a la vizcaína y también el pulpo con cachelos. No falta una buena fabada o un pote asturiano.

Famosas son sus croquetas de jamón, así como sus tostas con morcilla fresca del pueblo, sin olvidar su ensalada campo y mar o tortos con picadillo y huevo. Para los incondicionales del plato de huevos fritos, patatas y chorizo, el comensal puede elegir la combinación que quiera con chorizo, con picadillo o con jamón).

En El Tozu también preparan caza: venado y jabalí. En cuanto a postres el que triunfa es el helado de avellanas de Tozu, además de la tarta de queso y el arroz con leche. También tienen queso casín. Destacar asimismo que como Ani es chilena, también elabora, para quienes quieran conocerlo, un menú degustación con platos de su país como el pisco sour, empanadas chilenas, pastel de maíz y también ceviche.

La experiencia se completa disfrutando de las vistas que, de Asturias, tiene en sus ventanas y donde mandan el picu El Arrudu y Peñamayor. El único teléfono de contacto es el 652956711. Como el local es pequeñín y encantador, conviene reservar.

Descansa los martes y cerrará por vacaciones del 15 de enero al 15 de febrero.