Los hombres están de enhorabuena. Hacía años que las pasarelas no desplegaban tanta creatividad para vestir a los varones. El resultado de los desfiles es una amalgama de propuestas que van de las más clásicas (con muchos matices) a las más atrevidas y transgresoras.
Y por tomar dos polos opuestos en estilo y formato, nada mejor que comparar la ropa de la firma Canali -seria y rigurosa- con las creaciones de Haider Ackermann, siempre originales y difíciles de llevar para el común de los mortales. Pero es que esta primavera es así. Todo cambia y, a la vez, todo se mantiene. Los trajes se acortan y los pantalones se estrechan. Las chaquetas de botonadura cruzada ganan enteros, a pesar de ser una pieza que sólo sienta bien a quienes alcanzan una buena estatura. El nuevo vestuario también llega con texturas lujosas como la seda y el algodón puro. Las camisas agrandan las solapas y los botines se resisten a desaparecer.
Entre los colores que triunfarán destacan la gama de los ocres, naranja, rosa, azul, verde hierba, azul marino, negro, verde azulado, blanco y verde militar.
Miuccia Prada se inspira en los viajeros y exploradores con una colección en clave deportiva y a la vez sofisticada. Las cazadoras tipo "bomber", muy presentes en las propuestas de Haider Ackermann, copan protagonismo en un sólo tono o combinadas en varios colores. Salvatore Ferragamo propone una moda masculina moderna, con trajes y pantalones de cortes impecables. La ropa gana prestancia con accesorios como grandes bolsos, cinturones de cuero, mochilas maxi, gafas de sol, corbatas, sandalias con suela ancha y pulseras de cuero. Donatella Versace se decanta por pantalones ceñidos, bermudas y suéteres con cremalleras que se llevan con chaquetas de agua y capas.
Etro, por su parte, hace toda una oda a los hombres de personalidad bohemia. Para dejarlo bien claro, los responsables de la firma sacaron a la pasarela a artistas y compositores, vestidos con esa ropa holgada que, sin embargo, sienta a la perfección.
