La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La alegría de la huerta

La magia de los arvejos en flor

Las temperaturas suaves y la lluvia contenida han revolucionado las plantas de los guisantes, que seguirán de temporada de aquí a junio

La magia de los arvejos en flor

Alegría la que da descubrir las plantas de guisantes llenas de flores después de unos cuantos meses en la tierra sin espabilar mucho a cuenta de las peculiaridades meteorológicas del invierno. Pero en las últimas semanas el estirón ha sido considerable gracias a que se han aliado las temperaturas suaves y la lluvia, todo en su justa medida. Los arvejos o arbeyos crecen en Asturias durante un amplio periodo de tiempo, les gusta el fresco y la humedad, de ahí que se puedan comprar de temporada desde finales de año hasta bien entrada la primavera. En el caso de los que ahora florecen, de mantener el buen ritmo, darán vainas aproximadamente en un mes o poco más. La cosecha gorda se puede calcular para junio. Entonces será el momento de recoger todo el fruto, porque entre otras cosas las plantas comenzarán a secarse. Una vez culminada la cosecha, hay que limpiar bien la tierra.

Con suerte, y este año parece que sí la habrá de mantenerse este tiempo, se puede hacer un buen acopio de arvejos tanto para comer en temporada como para congelar y disfrutar de estas pequeñas joyas verdes (como en todo, lo que se cultiva en casa tiene un sabor especial, nada que ver con lo comprado de fuera) el resto del año. Tres docenas de plantas pueden dar, tranquilamente, cuatro kilos de guisantes, pesados sin su cajita. Los cultivados en casa, si no fallan (porque todo puede pasar), son gordos, de color verde intenso y muy, pero muy sabrosos. En potaje o salteados, las recetas de toda la vida en Asturias, un placer.

La planta -herbácea incluida en la familia de las leguminosas- no necesita en la tierra grandes cuidados, pero sí un montaje especial para que trepe. Dicho montaje va en función de gustos, medios y la capacidad de uno para ser manitas. Entre lo más sencillo, emplear ramas de sanjuaninos bastante pobladas a las que se asirán fácilmente los finos zarzillos.

https://www.lne.es/blogs/la-alegria-de-la-huerta

Compartir el artículo

stats