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Un camino entre pucheros

Aires nuevos en la taberna

Carlos Hernández Camblor ofrece elaboraciones personales y al tiempo representativas de la cocina asturiana en La Campa, en Campo de Caso

Cualquier momento es bueno para disfrutar de lo mucho que tiene el parque natural de Redes, que comparten los concejos de Sobrescobio y Caso, tanto de cuanto ofrece su paisaje, siempre interminable se mire donde se mire, como lo rico y bueno que se puede comer en algunos de los bares de sus pueblos. Entre ellos se encuentra en la capital del concejo casín, en Campo de Caso, la renovada Taberna La Campa, que reabrió sus puertas en marzo del año pasado tras una completa renovación del local a manos de su actual gerencia, Carlos Hernández Camblor y su mujer, Vanesa Molinero. Ambos se enamoraron de Redes en 2013 y finalmente lograron su objetivo de abrir su propio local hostelero en una tierra por la que sienten especial querencia.

"El cambio es total. Mantuvimos el nombre de la taberna porque siempre se llamó así y no hay ningún motivo para cambiarlo", señala este joven cocinero cuya pasión ante los fogones y el modo en que disfruta cocinando se evidencian en cuanto ofrece a sus clientes, platos con su toque personal pero donde no falta el sabor de la tradición y el amor por el producto propio, por la materia asturiana, que para él es tan importante. Sencillo y cordial es Carlos, un cocinero que empezó muy joven en un oficio para el que se formó estudiando Hostelería en Pontedeume. "Empecé desde abajo, como todos. Primero como ayudante de cocina, cocinero y, finalmente, jefe de cocina en establecimientos de Menorca, Burgos, Galicia y también Asturias, entre otros lugares", recuerda.

La Taberna La Campa es un barín que ahora luce como nunca y donde apetece quedarse a comer sin prisas e ir probando cuanto Carlos hace con maestría y creatividad. De lunes a viernes tiene un menú a 9 euros con un entrante, un primero, segundo y postre. El fin de semana el precio es a 15 euros y se puede elegir entre dos primeros, dos segundos y postres. Entre algunas de las elaboraciones que se pueden encontrar en ese menú, y dependiendo del día, están los garbanzos con langostinos, salpicón de pulpo, pimientos rellenos de picadillo y cebolla confitada, bacalao a la sidra, chuletinas de cordero o de cabrito o solomillo de jabalí con salsa de arándanos. En postres, los que triunfan son las natillas caseras con helado de galleta y el tatín de manzana con vainilla.

Su carta, ajustada a lo que quiere ofrecer, un menú de picoteo para compartir y disfrutar entre todos, como el propio Carlos dice, tiene, entre otros platos, el pastel templado de puerros con salsa de setas, fabada asturiana, croquetinas de lacón con un ligero toque casín, callos guisados con chorizo de caza, escalopines de venado y crema La Peral o tiramisú con crema de café y leche merengada. Igualmente y por encargo prepara lo que se le pida. Tiene también unos interesantes y variados menús para grupos a partir de 15 euros. La Campa cuenta, además, con una estupenda terraza donde es un gustazo comer e incluso cenar con buen tiempo y en buena compañía. Eso sí, no tiene aparcamiento propio.

En fin de semana es necesario reservar en el 985608448. Cierra el martes por descanso.

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